El dirigente social hondureño y miembro de Vía Campesina, Rafael Alegría, denunció este lunes haber recibido «amenazas de muerte», en un nuevo hecho de violencia política en la nación centroamericana, donde el movimiento campesino es perseguido de forma sistemática.
En conferencia de prensa, el líder de los labriegos explicó que el presidente, Porfirio Lobo, y el ministro hondureño de Seguridad, Pompeyo Bonilla, le informaron que «hay un plan para atentar» contra su vida, informó la agencia Efe.
La denuncia de Alegría se produce dos semanas después de los asesinatos del fiscal de Derechos Humanos, Manuel Díaz, y del abogado defensor de campesinos, Antonio Trejo, ultimados por sicarios.
El dirigente demandó al gobierno hondureño «garantice» su vida y que «desarticule ese plan y lleve a los tribunales de justicia a los responsables de querer atentar» en su contra.
«Se trata de garantizar mi vida, así como debió garantizarse la vida de muchos luchadores sociales y que desgraciadamente han muerto», subrayó Alegría.
Alegría explicó que las amenazas recibidas «provienen del sector oligárquico que se opone de manera irracional a la reforma agraria, a la soberanía alimentaria y a los derechos elementales de los campesinos y pueblos indígenas».
Desde el derrocamiento del presidente Manuel Zelaya, en junio de 2009, la represión contra los labriegos hondureños se ha recrudecido y en la región del Bajo Aguán, al menos 60 campesinos han sido asesinados por fuerzas de seguridad o grupos armados financiados por grandes terratenientes.