En una columna de hace unos años (TV: Palabras nuestras) señalábamos palabras que la derecha había robado a la izquierda, desde el histórico PCV, hasta la actual Revolución Bolivariana.
Los hechos desde entonces giraron a nuestro favor. La derecha que dirige la Asamblea Nacional (AN), nos devolvió nuestras palabras, gracias a la resistencia de nosotros, el pueblo venezolano, y el acertado pulso político del presidente Nicolás Maduro.
Al intentar privatizar la Misión Vivienda Venezuela, o intentar reformar la Ley de Telecomunicaciones, la AN nos devolvió la palabra “libertad”, dándonos la oportunidad de defender los derechos de los que hoy gozamos, incluso la libertad y el deber del Presidente de la República de informar, sin censura, sobre los asuntos bajo su responsabilidad.
Con el intento de sabotear la potestad del Banco Central de Venezuela (BCV) de obtener crédito para la República, o de bloquear el desarrollo del Arco Minero, particularmente de los acuerdos internacionales que el Ejecutivo tiene el derecho de firmar, recuperamos la palabra “unión”, porque la inmensa mayoría de las y los venezolanos, sin distingo político, queremos que la crisis que vivimos se resuelva.
Con el intento de imponer un referendo revocatorio, sin respetar ningún lapso ni trámite constitucional, solo por el hecho de haber ganado las parlamentarias del 6 de diciembre, recuperamos la palabra “democracia”.
Con su llamado a una intervención extranjera (SOS Venezuela), con su apoyo al decreto imperialista de Barack Obama, con el penoso papel de Henry Ramos Allup en la OEA, recuperamos la palabra “Venezuela”.
Y con la derrota de las guarimbas, actuando de modo racional, evitando la provocación de la violencia, recuperamos la palabra “paz”.