A menos de un mes de las elecciones presidenciales de Estados Unidos, los temas y discusiones de la campaña se han centrado en la economía, la seguridad fronteriza y los temas geopolíticos, dejando fuera un asunto trascendental como la sanidad, que tantos problemas ha generado en los últimos años.
El tema de la sanidad es particularmente sensible, ya que apenas tiene alrededor de año y medio que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el fin de la pandemia de COVID-19. De hecho, Estados Unidos fue el país más golpeado por el coronavirus en términos de mortalidad.
«Como consultor hospitalario con más de dos décadas de experiencia, puedo afirmar con certeza que, a pesar de los esfuerzos de los heroicos clínicos de nuestro país, nuestro sistema sanitario no está preparado para la próxima pandemia», se lee en el análisis elaborado por Eugene Litvak, presidente y director general del Instituto para la Optimización de la Asistencia Sanitaria, organización sin ánimo de lucro, y profesor adjunto de la Escuela de Salud Pública T. H. Chan de Harvard.
El experto destaca que la pandemia agravó problemas que ya se venían gestando en el sistema de salud de Estados Unidos, como la saturación de hospitales y servicios de urgencias, aumento de los errores médicos y de la mortalidad de los pacientes, escasez de médicos y enfermeras, así como reducción de los márgenes de los hospitales.
Sobre el último problema, ejemplificó que un nuevo análisis revela que 703 hospitales rurales estadounidenses corren riesgo de cierre por problemas financieros. Sobre la falta de médicos, subraya que esa situación provoca tiempos de espera peligrosamente largos para una cita.
Es tal el deterioro de la sanidad en el país norteamericano, que Litvak asegura que se puede afirmar con certeza que la prestación de asistencia sanitaria es inadecuada incluso sin una nueva pandemia, por lo que explicó que, si hubiera una nueva emergencia mundial en materia de salud, quedaría desbordada.
«A menos que cambie, es muy probable que otra pandemia desborde todo nuestro sistema de prestación de asistencia sanitaria», concluyó Litvak.