El Centro Rafael Urdaneta lo declaró inhabitable|Años de desidia dejaron en el suelo el Palacio de los Cóndores

Con filtraciones, humedad, salitre, techos a punto de desprenderse, antiguos mosaicos rotos y grandes salones usados como depósitos encontró el gobernador entrante de Zulia, Francisco Arias Cárdenas, el Palacio de Los Cóndores.

Aunque la campaña electoral opositora se basó en una defensa del regionalismo y la zulianidad, esta obra arquitectónica construida y diseñada por el ingeniero Olegario Meneses en el siglo XIX, entre los años 1841 y 1868, está a punto de perder varias de sus estructuras ante el abandono y la desidia a la que fue sometida por años.

Aún cuando fue declarado Patrimonio Histórico Nacional en el año 1986 por constituir un hito de particular valor urbanístico y paisajístico dentro del centro monumental de Maracaibo, el mayor ícono de orgullo zuliano fue declarado inhabitable por la gestión de Arias Cárdenas.

La escalera que conduce a la planta alta es un riesgo latente para cualquier persona, puesto que sus pasamanos están fracturados y a punto de desprenderse. El ascensor privado que conduce hacía el despacho privado del gobernador hace años que no funciona y persiste una filtración de aguas blancas, que deteriora progresivamente los mosaicos del piso.

El salón que acogió por años al departamento de prensa de la gobernación hoy es un depósito de cables y cahivaches.

El Salón de Situaciones y el Rafael Urdaneta, importantes por haber recibido por décadas a mandatarios regionales y grandes personalidades, se encuentran destruidos.

Cuadros, espejos, y lámparas que por décadas adornaron esos espacios emblemáticos del Palacio de Gobierno regional han desparecido.

ÍCONO DE LA ZULIANIDAD

El historiador, diplomático y escritor zuliano, Julio Portillo relató en su libro El Palacio de las Águilas parte de la historia de este emblemático edificio.

“Tres días de fiesta acompañaron a la inauguración del Palacio. Hubo corridas de toros, fuegos artificiales, bandas de músicas, fragatas en el lago y ejercicios acrobáticos. En el Club Bismark, que por el nombre debió ser el Club Alemán, se realizaron festejos. En estos actos se sirvieron vinos, dulces, helados y viandas. Como puede analizarse, la inauguración del Palacio de Gobierno constituyó para el Zulia un acontecimiento trascendente durante el gobierno zuliano del general Sutherland”, relata Portillo.

Según las datos históricos que refleja el historiador en su libro El Palacio de las Águilas, a finales del siglo XIX estuvo pintado de colores y no de blanco, como es su forma original. “Los gobernantes de la década de los 70 de ese siglo tampoco se preocuparon por el mantenimiento del Palacio”.

GRANDES OBRAS

Aunque la construcción del Palacio de Gobierno se inició en los tiempos del general Sutherland, fue entre los años 1894 y 1896 que se culminó la parte posterior del edificio.

El gobierno del general Vicencio Pérez Soto se encargó de pintarlo totalmente y dotarlo de alumbrado público; igualmente se colocó una red de timbres desde la Secretaria General de Gobierno.

“Para esas fechas se modernizó la fachada principal, y se colocaron las águilas que dan el nombre al palacio, siendo su autor el artista plástico Hermes Romero Villasmil”, continua Portillo.

Dentro del Palacio de proyectaron unos jardines interiores, pero no de gran envergadura. Se introdujeron algunos vitrales con los escudos del Zulia y de Venezuela y se modificaron las barandas.

RANCHO EN LA AZOTEA

Una de las grandes fallas que presenta actualmente el Palacio de los Cóndores es la estructura del techo, que al no recibir el cuidado apropiado amenaza por venirse abajo en algunos sectores de la obra.

Originalmente la azotea estaba formada por una reja romana en forma de cuadrícula cruzada. “Durante el gobierno del general Pérez Soto fue sustituida por una balaustrada” –reseña Portillo- y hace cinco años esa balaustrada fue sustituida. Ese reemplazo se hizo, sin importar la posición que fijó el Acervo Histórico en el momento, por unas láminas de zinc y palos de madera que sostienen lo que alguna vez fue un techo imponente y que representa para quienes diariamente asisten al Palacio, un gran peligro.

No obstante, la “ranchificación” del Palacio comenzó hace muchos, según relata Portillo en su libro. “En el siglo XX los techos pintados con alegorías desparecieron y el espacio que antes lucía como un Salón de Recepciones, fue reducido para dar paso a oficinas con techos llamados de cielo raso. Los pisos fueron en principio de mosaico pintado, aunque algunos se conservan, otros fueron sustituidos por cerámica, sin respeto por el valor de aquellos pioneros”, explica Portillo.

ÁGUILAS O CÓNDORES

Al referirse al Palacio no se puede dejar pasar la polémica que siempre han generado las grandes estructuras que se ubican en el techo del edificio y que parecieran custodiar y proteger la infraestructura.

Los cóndores se colocaron durante la remodelación que se efectuó en 1929; después comenzó la polémica sobre si son águilas o cóndores. Muchas personas argumentan que se trata de cóndores puesto que al parecer en América no hay águilas; sin embargo, Portillo defiende en su libro que el edificio se llama el Palacio de Las Águilas porque ese nombre fue el que le dio el pueblo desde que montaron las obras.

PROMETEN RESCATE

Ante el escándalo que ha provocado la creciente destrucción de esta obra arquitectónica (que permanecía oculta dentro de sus propias paredes), el gobernador Arias Cárdenas anunció el rescate y rehabilitación de la estructura para ponerla a la orden del pueblo.

“No hablamos de remodelación sino de rescate, de rehabilitación de edificaciones patrimoniales, lo más ajustado a su esquema de construcción original. Si buscamos un plan de inversión que incluya a todos los entes, es posible que en uno o dos años estemos entregando, al menos la primera fase”, afirmó el presidente del Centro Rafael Urdaneta (CRU), Leonardo Monsalve.

Aseguró que hasta el momento se desconoce el monto de inversión que se necesitará para recuperar este importante patrimonio, puesto que actualmente se están realizando las inspecciones y la limpieza de los salones.

SOFÁS INGLESES Y SILLAS DE VIENA

El palacio tenía dentro de sus salones: sofás ingleses tipo Chesterfield de cuero, sillas Chippendale, sillas de Viena traídas desde Austria, lámparas de cristal, bibliotecas antiguas de madera que eran de la primera mitad del siglo XX. Una pintura del Libertador creada en 1842 por Joseph Bautiste Gering, entre otras obras. Muchos de estos artículos han desaparecido del Palacio.

Los primeros cóndores que se colocaron fueron de cemento y cabilla, pero su deterioro era constante y su mantenimiento costoso, así que en 1979 fueron sustituidas por unas obras de bronce.

Las oficinas del segundo piso del edificio tenían balcones con ventanas provistas de dinteles y barandas de hierro.

El Palacio exhibe capiteles, cornisas, arcos, columnas, ventanas que al inicio eran de madera, frisos con molduras redondas, y galerías anchas que dan hacía la Plaza Bolívar.

La fachada es simétrica con arcadas rebajadas de 13 tramos, apoyadas en columnas de tipo toscano. Las barandas utilizadas eran de hierro.

Texto/ Yajaira Iglesias
Foto/ Yajaira Iglesias-Libro El Palacio de las Águilas