Los ciudadanos de Arabia Saudita que vayan a luchar en Siria o en cualquier otro país extranjero corren el riesgo de enfrentar penas de entre tres a 20 años de prisión una vez regresen al país.
El nuevo decreto real añade que la misma pena recaerá en los nacionales que se unan o apoyen a grupos considerados «terroristas» por el gobierno, ya sea en el país como en el extranjero.
Es sabido que ciudadanos sauditas se han unido a los grupos que combaten al presidente Asad en Siria y Arabia Saudita apoya algunos de estos grupos rebeldes.
Pero ahora existe el temor de que estos combatientes de ideología yihadista terminen llevando esta lucha a su propio territorio.
Esto ha pasado con anterioridad, cuando sauditas regresaron tras combatir en Bosnia y Afganistán.