La presidenta argentina, Cristina Fernández, garantizó este martes el envío de la ayuda necesaria a las poblaciones de cuatro entidades declaradas en emergencia luego de que un temporal dejara a su paso dos muertos, quince heridos y 355 de personas evacuadas.
Las tormentas comenzaron el lunes en las provincias de Córdoba, Mendoza (oeste), Santiago del Estero (norte) y de Buenos Aires (este), mientras el Servicio Meteorológico Nacional emitió este martes alertas para Santa Fe, Corrientes, Entre Ríos (este), Formosa y Chaco (norte).
Fernández, quien anunció el envío de la asistencia a través de un comunicado, lanzó un llamado al gobernador de Córdoba, José Manuel de la Sota, para coordinar conjuntamente las labores de ayuda luego de los estragos causados por la tormenta de viento, agua y granizo.
El comunicado oficial indica que De la Sota «mantuvo también dos conversaciones con la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, con quien coordinó aspectos de la asistencia de la Nación a la Provincia».
El texto oficial indica también que la autoridad provincial «dialogó con el ministro del Interior, Florencio Randazzo, con quien acordó la llegada a Córdoba de efectivos de Gendarmería que colaborarán en el operativo de recuperación de la ciudad».
Uno de los fallecimientos se originó cuando Jorge Carrizo, de 45 años, murió cuando un árbol se desplomó sobre su vehículo mientras se trasladaba por la periferia de la ciudad de Córdoba.
La segunda muerte se produjo por la noche, cuando una mujer joven a bordo de una moto cayó sobre el pavimento al llevarse por delante un árbol cruzado sobre la calzada.
El sector más castigado por la tormenta fue el sur de la ciudad, particularmente el barrio Villa Libertador, donde hubo unos 15 heridos y más de 300 evacuados, para quienes fueron habilitados tres centros de alojamiento; en los Centros de Participación Comunitaria (CPC) de la misma zona y de barrio Empalme, además del Polideportivo General Paz.
El fuerte temporal dejó además numerosos árboles y postes de alumbrado caídos, techos volados, viviendas inundadas, semáforos fuera de funcionamiento, cables cortados e interrupciones en el servicio eléctrico de numerosos barrios, según fuentes oficiales.