Este viernes se realizó en Estados Unidos la tercera ejecución en los últimos dos días. Un hombre afrodescendiente condenado a muerte por un asesinato cometido hace 17 años, recibió la inyección letal en el estado de Alabama (sureste del país).
Derrick Mason, de 37 años, fue condenado a la pena capital por el asesinato de la empleada de una tienda de Huntsville, Angela Cagle, de 25 años, durante un robo perpetrado en marzo de 1994. Mason no negó su culpabilidad y pidió perdón a la familia de la víctima antes de recibir la inyección letal.
Ha sido la quinta ejecución del año en Alabama y la 36ª en todo el país. Además, fue la tercera realizada durante esta semana en Estados Unidos. Un día antes, en el estado de Texas fue ejecutado Lawrence Brewer, un racista radical condenado a muerte por el asesinato de un hombre afrodescendiente.
El miércoles también se le aplicó la inyección letal a Troy Davis, hecho que provocó una fuerte polémica en EE. UU. y en otros países, por la presunta inocencia del sentenciado.
Davis, condenado a muerte por el asesinato de un policía en 1989, fue ejecutado en Georgia tras varios intentos de última hora de su defensa para salvarle la vida y pese a las dudas sobre su culpabilidad, así como a las numerosas peticiones de clemencia.
Hasta el momento se suman 1.270 ejecuciones llevadas a cabo en 34 estados de EE. UU. desde 1976, cuando se restableció la pena capital tras una moratoria de 10 años.