Hoy comienza en Washington un nuevo diálogo, auspiciado por el mandatario estadounidense Barack Obama, entre el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abbas, y el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu.
Antes del inicio de las conversaciones, Netanyahu fijó como condición para las pláticas que se reconozca a Israel como el Estado del pueblo judío, y se adopten acuerdos de seguridad eficaces.
En tanto, el líder de la ANP insistió en que sólo acepta acudir a las negociaciones directas en virtud de la declaración del llamado Cuarteto Internacional para Medio Oriente (Estados Unidos, Rusia, la Organización de Naciones Unidas y la Unión Europea), hecha en marzo pasado en Moscú.
Dicho pronunciamiento abogó por el cese total de la colonización judía y la creación de un Estado palestino independiente, soberano y viable.
Abbas advirtió además a Tel Aviv que su intransigencia en cuanto a la construcción de colonias israelíes en territorio ocupado podría llevar a la ruptura del proceso de paz naciente.
El pasado mes de noviembre, Netanyahu accedió, por presión de Washington, a decretar diez meses de suspensión de la construcción de los asentamientos, una medida demandada por los palestinos para desbloquear el proceso de paz estancado desde diciembre de 2008.
Pero lo hizo con excepciones, pues la construcción de unos 3.000 inmuebles ya comenzados, así como de instalaciones públicas en las colonias de Cisjordania, continuaron.
Un informe de Paz Ahora, organización que sigue las actividades en los asentamientos, reveló que en estos últimos nueve meses el Gobierno israelí concedió, además, permisos extraordinarios para otras 600 viviendas.
BAJAS EXPECTATIVAS
Pero si bien cualquier acercamiento a una paz viable, confiable y duradera entre israelíes y palestinos debe ser aceptado, para la periodista e investigadora Omaira Zabib, hasta la presente fecha “todas las reuniones bi y multilaterales para la cuestión sólo han favorecido a Israel”.
“Desde 1993 con la firma del Acuerdo de Oslo -pactos negociados entre el Gobierno israelí y la Organización para la Liberación de Palestina como una parte del proceso de paz- hasta la fecha sólo se ha favorecido a Israel”, resaltó.
Ese convenio fija, entre otras cosas, que la jurisdicción del consejo palestino abarcaría Cisjordania y la franja de Gaza, excepto en aquellos asuntos que serían negociados y definidos en el estatus permanente, considerando ambas zonas como una unidad territorial autónoma.
“Es cierto que lo que otrora fueron ‘territorios ocupados’ ahora se denominan ‘territorios autónomos’, caso la franja de Gaza y Cisjordania, pero en la práctica tienen todo menos autonomía”, sentenció Zabib.
La investigadora rememoró que en 2006 cuando el Movimiento de Resistencia Islámico Hamas comenzó a gobernar en Gaza, inmediatamente se aplicó un bloqueo a la zona y se impuso un nuevo gobierno en la ANP encabezado por Mahmud Abbas, derrocando el elegido popularmente.
Desde junio de 2007, Israel intensificó esa acción al prohibir el tránsito de ciudadanos entre las regiones, tanto por tierra como por mar, y las transferencias de dinero con destino a ese territorio.
Los casi dos millones de palestinos que viven en la Franja no cuentan con hospitales ni escuelas, puesto que quedaron derribadas o en muy mal estado por los ataques de las fuerzas de Israel en la operación Plomo Fundido de 2008, que dejó más de 1.400 muertos, en su mayoría mujeres, niños y niñas.
El pasado 31 de mayo, el Ejército israelí atacó la “Flotilla de la Libertad”, un grupo de seis barcos que transportaba más de 750 personas con ayuda humanitaria para Gaza, causando la muerte de nueve personas y una treintena de heridos.
Asimismo, Zabib recordó que el proceso de colonización de Jerusalén, territorio considerado patrimonio de las religiones cristiana, musulmana y judía, continúa por parte de Israel, así como el desplazamiento forzado de los nativos a quienes “les demolieron sus hogares arrebatándole sus sentido de pertenencia”.
ESCASA REPRESENTATIVIDAD
Mas allá de los resultados de las conversaciones que comienzan este jueves, Zabib pone en tela de juicio la representatividad de los interlocutores al considerar que “las partes que se reúnen en Washington no representan el total de los intereses del pueblo palestino”.
Con ese análisis coincide el periodista y director del colectivo de contrainformación Resumen Latinoamericano, Carlos Aznárez, quien advierte que la ANP, liderada por Abbas, se prepara para aceptar las presiones del Imperio en medio de permanentes acciones de violencia contra el pueblo palestino.
“Pareciera que a Abbas no le preocupa –y no es la primera vez- lo que piensan sus propias bases, que repudian cualquier tipo de acuerdo con los invasores. De hecho, el movimiento de Resistencia liderado por Hamas, y otras diez organizaciones palestinas, han decidido boicotear este proceso de negociación”, indicó.
El comunicador manifestó que esos movimientos, entre los que se encuentran el Frente Popular por la Liberación de Palestina, la Jihad Islámica y el Frente Democrático por la Liberación de Palestina, denunciaron que el presidente de la ANP se apresta a renunciar a los principales derechos de la población palestina, entre ellos a la territorialidad de Jerusalén.
PALESTINOS PROTESTAN
En rueda de prensa ofrecida ayer junto a Benjamín Netanyahu, luego de una reubión de hora ymedia, Barack Obama condenó el asesinato de dos parejas de colonos judíos la noche del martes en la localidad cisjordana de Hebrón.
EEUU enfatizó “novacilará en su apoyo en la seguridad de Israel, y vamos a rechazar este tipo de actividades terroristas”.
Según las agencias, varios grupos palestinos se habrían atribuido el ataque, supuestamente en señal de desacuerdo con Mahmoud Abbas por asistir a la cita bajo presión del régimen israelí.
El especialista en política de Medio Oriente, Raimundo Kabchi, recordó que la mayoría de las organizaciones de base palestinas han desautorizado a Abbas y consideran ilegítima cualquier decisión que se pueda tomar en esta negociación, una más en 62 años de fracasos en los que Palestina se redujo de 2.700 kilómetros cuadrados a una serie de asentamientos aislados, incluido el campo de concentración de Gaza.
En Ramalah, a 16 kilómetros de Jerusalén, centenares de palestinos expresaron su repudio al inicio de las conversaciones con Washington, reportó Telesur.
Abbas también condenó los asesinatos. Netanyahu por su parte, agradeció ayer a Obama sus esfuersos por lograr la paz “para nosotros y para nuestros vecinos, para nuestra región, y creo que podemos decir, para el mundo”.