Basta ya de las mentiras sobre Xinjiang

Durante algún tiempo, Estados Unidos (EEUU) y ciertos países occidentales, con el objetivo de materializar su intención insidiosa y maligna de “usar a Xinjiang para contener a China”, han inventado y propagado continuamente mentiras sobre Xinjiang, tales como los llamados “trabajos forzados”, e impuesto sanciones ilegales a empresas y funcionarios chinos citando la supuesta “cuestión de derechos humanos” en Xinjiang.

Esto interfiere seriamente en los asuntos internos de China, daña gravemente los intereses de las empresas e individuos chinos pertinentes y viola gravemente las normas básicas de las relaciones internacionales.

La parte china se opone resueltamente a esto y lo condena enérgicamente. De hecho, en Xinjiang se respeta plenamente la voluntad de los trabajadores y se salvaguardan sus derechos e intereses legítimos de acuerdo con la Ley Laboral de China y no existe el «trabajo forzoso».

Los logros de desarrollo que presenta este territorio chino son evidentes para todos y la política de China para gobernarlo está profundamente arraigada en los corazones de las personas. En el último año, Xinjiang recibió a casi 400 delegaciones y grupos formados por más de 4.300 invitados extranjeros de muchos países y organizaciones internacionales, entre los cuales se encuentran funcionarios gubernamentales, enviados diplomáticos, figuras religiosas, expertos, académicos, periodistas y personas comunes y corrientes, y se convirtieron en testigos de los logros de las políticas chinas en la gobernanza en Xinjiang.

Las misiones diplomáticas de los países en vía de desarrollo de Asia y África en Ginebra que visitaron Xinjiang afirmaron haber visto una sociedad pluralista, moderna e inclusiva, completamente distinta de los rumores de «trabajos forzados» que habían oído antes.

Una conocida figura islámica durante su visita a esta localidad china dijo: «Nos alegra ver que Xinjiang ha conseguido grandes logros en la lucha contra el terrorismo y la desextremación, la erradicación de la pobreza, etc., y que los musulmanes de Xinjiang llevan una vida feliz».

Recientemente, la marca alemana Volkswagen emitió un Comunicado en el que afirmó que una revisión independiente encargada por un auditor no había encontrado indicios ni pruebas de «trabajo forzado» en la planta de la empresa en Xinjiang.

Por el contrario, EEUU es un lugar con graves problemas de la trata de personas y trabajos forzados. Hasta el día de hoy, Estados Unidos todavía no ha ratificado el Convenio sobre el Trabajo Forzoso, de 1930, la Convención sobre los Derechos del Niño de la ONU ni la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer.

Casi 100.000 personas son víctimas de la trata en Estados Unidos para realizar trabajos forzados cada año. En ese país norteamericano, hay actualmente al menos 500.000 personas esclavizadas. Hay una gran cantidad de niños trabajadores dedicados a la labor agrícola y muchos de ellos comenzaron a trabajar a los 8 años. Existen en Estados Unidos entre 240.000 y 325.000 mujeres y niños en situación de esclavitud sexual, y más de 100.000 personas están detenidas en prisiones privadas y realizan durante mucho tiempo trabajos forzados de alta intensidad y mal pagados.

Las mentiras no son capaces de encubrir la verdad, y la justicia radica en el corazón de la gente. El llamado “trabajo forzoso” en Xinjiang no es más que una mentira del siglo inventada por fuerzas anti-China de países occidentales con el objetivo de crear un “desempleo forzado” y una “vuelta forzada a la pobreza” en Xinjiang, y socavar la seguridad social y la estabilidad locales, a fin de reprimir las ventajas competitivas de la industria fotovoltaica de la región y excluir a China de las cadenas industriales y de suministro globales.

Los actos mencionados no solo infringen gravemente los derechos humanos de las personas en Xinjiang, sino que también desestabiliza seriamente las cadenas industriales y de suministro globales y sabotea gravemente las reglas económicas y comerciales internacionales.

La injerencia en los asuntos internos de otros países mediante la manipulación de la supuesta «cuestión de derechos humanos» es una táctica habitual de intimidación al estilo de Estados Unidos, y la Comunidad Internacional, incluida Venezuela, es muy consciente de ello. La parte china agradece a la parte venezolana por reconocer y apoyar constantemente la política china en la gobernanza en Xinjiang, así como sus logros en el desarrollo y progreso en materia de derechos humanos.

China está dispuesta a trabajar con Venezuela para resistir resueltamente la conducta errónea de Estados Unidos de calumniar y desprestigiar a otros países, interferir en los asuntos internos de otras naciones, suprimir las empresas y contener el desarrollo de otros países manipulando la cuestión de los derechos humanos, y trabajar juntos para salvaguardar la justicia y defender las normas básicas del derecho internacional y las relaciones internacionales.

 

T/Lan Hu
Embajador de China en Venezuela