Los pueblos indígenas han ganado, en la Revolución Bolivariana, derechos que no tenían antes. Sin embargo, la batalla principal sigue siendo por la conservación de su cultura y su identidad.
Representa un gran adelanto tener leyes indigenistas plasmadas en la Constitución, las cuales reconocen sus derechos a la tierra, religión y sus leyes, recalca el antropólogo, historiador y profesor de la Escuela de Antropología de la Universidad Central de Venezuela, Emanuele Amodio.
“Más allá de proclamarse como un gobierno indigenista, cada ministerio desarrolla acciones a favor de estos pueblo, de manera autónoma o junto o al Ministerio del Poder Popular para los Pueblos Indígenas”, sostuvo.
Sin embargo, a juicio del antropólogo, las políticas gubernamentales tiene un gran reto por delante. ya que “no parece tenerse clara conciencia de las implicaciones negativas que muchas de estas acciones tienen para el futuro de las culturas indígenas”.
“A lo largo de la segunda mitad del sigo XX las comunidades indígenas han sido progresivamente incorporadas al sistema educativo nacional bajo la idea que ellos también tiene derecho a la educación. Pero este derecho tiene valores occidentales ya que los contenidos de los textos escolares y de la enseñanza es completamente occidental en la mayoría de los casos”, enfatizó.
Esa situación genera una paradoja ya que se intenta reforzar las identidades indígenas, pero se continúa influyendo sobre sus culturas.
“No se trata solamente de la escuela, sino de un sin números de modernizaciones que, a menudo, los mismos indígenas, educados con contenidos occidentales reclaman como indispensables; es decir, hemos cambiado su sistema de necesidades desde mediados del siglo XX para, al fin y al cabo, integrarlos al mercado capitalista”, manifestó.
Como no es posible dejar a esas culturas en un pasado mítico que en definitiva es excluyente, el reto es, según Amodio, “crear las condiciones de libertad cultural para que los mismos indígenas pueden dinámicamente decidir los cambios, dentro de los moldes de sus culturas. Al fin y al cabo, para esto sirven las revoluciones”.
La batalla:
CONOCER PARA DEFENDER
Con el objetivo de lograr la inclusión y el reconocimiento de las culturas originarias en el ámbito cultural, el Ministerio del Poder Popular para la Cultura creó, en 2005, la Oficina de Enlace con las Comunidades Indígenas.
Tatiana Jiménez, integrante de ese grupo, explicó que los trabajos permiten “promover el desarrollo cultural de los pueblos indígenas desde una visión humanista y liberadora a fin de garantizar el disfrute y participación en pleno de sus conocimientos, manifestaciones y prácticas culturales”.
Para ello, la oficina ha desarrollado el Sistema de Información sobre las Culturas de los Pueblos Indígenas de Venezuela.
“Desde allí se de generan y difunden conocimientos sobre la realidad cultural indígena venezolana y se sustenta el diseño de políticas y estrategias que hasta la fecha ha beneficiado a 106.221 personas”, sostuvo.
La Oficina de Enlace con las Comunidades Indígenas también participa en la Comisión Presidencial para la Prevención y Eliminación de todas las formas de Discriminación Racial y otras Distinciones en el Sistema Educativo Venezolano.
“Esta comisión, adscrita al Ministerio del Poder Popular para la Educación se creó en el 2005, considerando la preeminencia del derecho a la no discriminación, para la consecución de la equidad en el disfrute de derechos de todas las ciudadanas y todos los ciudadanos en la sociedad venezolana”, recordó.
Actualmente, indicó Jimenez, la Oficina realiza un trabajo coordinado con la Oficina Técnica de Enlace con la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) para la Diversidad Cultural, con la finalidad de realizar la nominación binacional entre Venezuela y Colombia del palabrero wayúu como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad,
“Ya se realizó una reunión puntual en abril con voceros del pueblo Wayúu y se tiene programada una reunión ampliada para el mes de julio con representantes del pueblo wayúu de ambos países”, señaló.
El personaje:
KARIÑA: CONTINÚA LA RESISTENCIA
En Venezuela el pueblo kariña está asentado principalmente en los estados Anzoategui, Bolívar, Monagas y Sucre. La lengua kariña es hablada por unas 11 mil personas, recalcó el antropólogo e historiador Emanuele Amodio.
Durante la época colonial, sus antecesores directos, los caribes, opusieron una indómita resistencia a la conquista y colonización española. Gracias sobre todo a sus acciones de guerrilla, obligaron a los españoles a quedarse rezagados en las costas de Venezuela.
A mitad del siglo XIX, los kariña de la Mesa de Guanipa (Anzoátegui) se volvieron a rebelar en defensa de su tierra y de su cultura.
La Constitución Bolivariana, aprobada en 1999, le da a este pueblo herramientas jurídicas para la batalla del presente.