Este año celebran el centenario de su natalicio|Billie Holiday estremecerá otra vez Nueva York

La cantante estadounidense Billie Holiday, conocida también como Lady Day, reaparecerá en el teatro Apollo de Nueva York para deleitar con su inconfundible voz a los amantes del jazz, que este año celebran el centenario de su natalicio.

Mediante un show por holograma, Holiday resurgirá a finales de 2015 en la institución que debutó con solo 19 años, cuando nadie imaginaba que tiempo después se convertiría en una de las mayores intérpretes de jazz de todos los tiempos.

La novedosa técnica, que consiste en crear imágenes tridimensionales con el empleo de la luz, se unirá a grabaciones musicales y permitirá que el escenario neoyorquino vibre nuevamente con la voz de Lady Day.

Nacida en Filadelfia, el 7 de abril de 1915, bajo el nombre de Eleanora Fagan Gough, creció en un barrio de Baltimore y sufrió desde edades tempranas el abandono de sus padres adolescentes.

En un ambiente triste y mezquino creció Holiday, rodeada de parientes con mala reputación que abusaron de su inocencia y marcaron su vida con un dolor que la acompañaría siempre. Luego de admitir haber sido violada, a los 10 años fue enviada a una escuela católica, institución en la cual permaneció por 24 meses pues ante el rigor de la educación un amigo la ayudó a escapar.

Tras una aparente reconciliación con su madre, juntas emprendieron un viaje que terminaría en Nueva York, donde la joven trabajó como empleada doméstica y acudió a la prostitución para sobrevivir.

Mientras transcurría el tiempo, la oscura existencia de Holiday solo se tornaba lúcida cuando cantaba. Al parecer, en aquellos minutos de desahogo podía retoñar el ángel que moraba en su garganta.

Con un talento innato, que estremecía a quienes la escuchaban, aligeró el lastre de su pasado, que sería poco ante los sufrimientos que le aguardaban por su adicción a las drogas.

En los primeros años de la década de 1930, Lady Day cantaba en clubes de Nueva York y con su espectacular voz cautivaba al público de la época, que a grandes voces esparcía la noticia: «una nueva diva de la canción había surgido».

Poco tiempo después, ganó popularidad cuando el productor John Hammond habló de ella públicamente en un periódico, hecho que sin lugar a dudas catapultó al estrellato su carrera.

Con la canción Your Mother’s Son-In-Law, el 27 de noviembre de 1933 Holiday hizo su debut comercial con un grupo de músicos dirigidos por el clarinetista y director de orquesta estadounidense Benny Goodman.

Después de establecerse en Harlem, la fama de Lady Day creció con la grabación de su primer disco, sin embargo, el debut en el teatro Apollo de Nueva York acaparó la atención de la crítica especializada, que no titubeó en ovacionar a la joven.

Su peculiar timbre de voz y calidad interpretativa la consolidaron como una excelente cantante de jazz y blues, dotada de una intensidad inigualable debido a tristes experiencias.

Holiday trabajó con estrellas como Lester Young, Count Basie y Artie Shaw convirtiéndose en una de las intérpretes negras de mayor reputación, sin embargo, no escapó del racismo de la época, flagelo que le impidió usar la entrada principal de las instituciones en las cuales actuaba.

Paradójicamente, la extraordinaria Lady Day tenía que esperar en un cuarto oscuro lejos del público antes de aparecer en escena.

El rechazo por el color de su piel marcó un intenso compromiso en la lucha contra el racismo, determinación que eternizó en Strange Fruti, de 1939, calificada la mejor canción del siglo XX por la revista Time en 1999.

Aquel tema escrito por Abel Meeropol fue una de las obras de arte que con más fuerza condenó los linchamientos en el sur de Estados Unidos y uno de los primeros lemas del movimiento por los derechos civiles en ese país.

Con regularidad, los éxitos de Holiday fueron ensombrecidos por su dependencia de las drogas, pero su huella en artistas como Janis Joplin, Nina Simone y Amy Winehouse es incuestionable.

Canciones como God Bless the Child, I love you Porgy y Fine and mellow, interpretadas magistralmente por Lady Day, constituyen en la actualidad clásicos del jazz.

A fin de perpetuar su legado, en 1972, la actriz y cantante estadounidense Diana Ross protagonizó la película Lady Sings the Blues, basada en la obra autobiográfica de Holiday.

La interpretación le valió a la Ross una nominación al Oscar en el apartado de mejor actriz.

En 1987, la banda irlandesa de rock U2 presentó el sencillo Angel of Harlem, en tributo a Holiday y ese mismo año la Academia de Artes y Ciencias de la Grabación de Estados Unidos le confirió póstumamente un Premio Grammy por su carrera artística.

Los discos Lady Day: The Complete Billie Holiday (2002), The Complete Billie Holiday (1994), Billie Holiday – The Complete Decca Recordings (1992) y Billie Holiday – Giants of Jazz (1980), publicados después de su muerte, conquistaron cuatro Premios Grammy en la categoría de álbum historia.

Los misterios que aún rodean la existencia de Lady Day proporcionaron un matiz particular a sus interpretaciones, las cuales constituyen fiel testimonio de su talento, a más de medio siglo de su deceso.

Fuente/Prensa Latina