Liliane Blaser camina apresuradamente entre los espacios laberínticos de la Quinta El Campito, sede de Cotrain, la Escuela de Cine Documental que fundó hace 30 años. Es el primer día de rodaje de un documental sobre el 27 de febrero. Hay aún demasiadas cosas por resolver. Entre llamadas urgentes e impostergables y otros asuntos que demandan de la atención especial de la directora, la realizadora encuentra un espacio para conversar sobre su nuevo rol y más que una conversación, el diálogo es una calmada reflexión sobre las concepciones de la cultura.
Blaser forma parte del Estado Mayor de Cultura, instancia que trabajará conjuntamente con el Ministerio que rige la materia, para orientar las políticas públicas del sector.
La documentalista cuenta que aún no se han reunido por primera vez, sin embargo tiene muchas expectativas para el debate y la construcción de una nueva política cultural que contribuya con el desarrollo de un espíritu más humanista.
UNA NUEVA FORMA DE HACER, PENSAR Y SENTIR
Como un de los puntos de partida fundamentales para la constitución de esta instancia asesora, Blaser considera que se debe reflexionar y precisar qué se entenderá por cultura. “Tenemos que sentar el piso sobre el cual se pueda constituir una cultura diferente, un ser humano diferente”, expresó.
La directora cree que “hay que desarrollar en el venezolano una forma de pensar, sentir y hacer que sea más consono con la sociedad que queremos construir (…) Esto cambiando también sus condiciones materiales”, indicó.
En este sentido, Blaser manifiesta que se debe hacer frente a “la cultura rentista, capitalista”. “Hay una serie de amarres culturales que no permiten que se desarrollen procesos de transformación para alcanzar una sociedad solidaria, en la cual el ser humano conviva con el otro, sin competir”, explicó.
La documentalista piensa que uno de los objetivos de la nueva instancia debería apuntar a “reivindicar nuestra historia, nuestro ser, no como algo fijo e inmutable, sino en transformación permanente”.
Por otro lado, Blaser identifica como una de las debilidades en materia de política cultural que “no hemos logrado una sinergia creativa lo suficientemente comulgada para que la voz del pueblo se vea reflejada en las políticas públicas en materia cultural. Estas instancias de intermediación como el Estado Mayor de la Cultura pueden ayudar a que el Poder Popular esté más ligado al poder constituido”, puntualizó.
Asimismo, la directora de cine afirmó en relación con las funciones del Estado Mayor: “No somos Gobierno, somos una instancia del Poder Popular que quiere colaborar con el Gobierno en pensar las políticas públicas, evaluarlas, y crear alternativas”.
PRIORIDADES
Blaser cree que hay prioridades en materia cultural que deben ser atendidas en pro de coadyuvar con el desarrollo de un ser más humano. Entre ellos, destaca la preservación de la memoria histórica como algo fundamental para comprender el pasado y el presente; la toma de conciencia de la sociedad que se desea construir; y finalmente, la capacidad de hacer crítica y autocrítica a la política cultural para mejorarla y adecuarla a las verdaderas necesidades y anhelos de las ciudadanas y los ciudadanos.
“Creo que el Poder Popular impone una mirada crítica. El Gobierno tiene que hacer crítica y autocrítica, el Gobierno del poder constituido a veces entra en unas lógicas que no le permiten ver la realidad concreta de las calles. La persona de a pie, tiene el derecho y el deber de incidir en el poder constitutivo”, piensa la realizadora cinematográfica.
CINE
En materia cinematográfica, Blaser propone “pensar el tipo de cine que vamos a estimular y el tipo de cine que debe necesariamente existir porque hay pluralidad en el país. Cómo tratar de darle valor y fuerza al cine nacional, y también al cine de construcción. Pues hay un cine nacional que no se diferencia demasiado de Hollywood porque está vehiculando los mismos mensajes”, expresó.
Asimismo, tiene como propuesta un proyecto de investigación para analizar las producciones cinematográficas de los últimos 17 años. “Hacer un análisis de contenido, de forma y de innovaciones, analizar el tipo de ficción y documental y ver que es lo que hemos vehiculado como mensajes. Probablemente nos encontramos sorpresas desagradables, pero es necesario”, manifestó.