Usted niño tocando el mostrador de madera a la una de la tarde en el pueblo de los cinco soles y se escucha por allá atrás la voz de Don Juan Seijas que sin verte ya sabe que es uno quien está ahí:
– ¡Aja, qué quiere!
– Una caja e fóforo.
– ¿Cuántos hay ahí, bordón?
– No, quien ta aquí soy yo solo.
Y el bodeguero con un bostezo, al tiempo que se estira en el chinchorro, se amplían las cabuyeras, se tiemplan los colgaderos y crujen las viguetas del techo de donde cuelgan, responde:
– Espere que llegue otro pa parame, mijo.
Eran los tiempos cuando las pulperías estaban solitarias porque pocos compraban. Bien sea porque no había necesidad de hacerlo o no se contaba con el dinero. Hoy cuentas con el dinero, pero no produces ni siquiera una mata de cebollín por lo que dependes exclusivamente de la plata para subsistir.
Pero estamos hablando de los bodegueros. Ese pequeño comerciante conocido por todos que daba la “ñapa” y tenía un cuaderno para apuntar lo fiado a los vecinos.
En el gran supermercado no sabes o nunca has visto al dueño, conoces es a los empleados.
Cuando no tenga dinero, váyase a Makro a que le fíen un kilo de frijol y un pedazo de queso a vé qué le van a decir.
Me atrevo asegurar que la mayoría de las bodegueras y los bodegueros de los barrios, pueblos y caseríos de esta Patria son gente honesta. Además, conocidos por todos. Allí existe un control natural de lo que se expende. Sabemos qué llega, qué hay y quién compra.
Aquí en mi pueblo (todos no son chavistas, por cierto) cuando llegan productos “escasos” a las bodegas de Vicente, Juan, Maniao, José Luis, Berruga, El Gordo Miguel o Maritza; cero “bachaqueo” y todo se desarrolla sin traumas. “Llegó tanto y toca a tanto”. Pero también a veces comenta Rubén (ese es el nombre de Maniao): “Aquí hay muchos que cuando llega algo que no se consigue vienen, pero cuando van hacer “mercado” se van para Unicasa”.
Lo hemos dicho y me alegra que se tome en cuenta. Hay que distribuir las ganancias. No puede ser que la gran empresa monopolice todo. Vamos a impulsar al pequeño productor, la industria pequeña y al pequeño comerciante.