Brasil enfrenta su peor sequía en 80 años en medio de una fuerte ola de calor que ha obligado a las autoridades a tomar medidas en varios estados del país, según informaron el martes medios de comunicación.
De acuerdo con el Centro Nacional de Monitoreo y Alerta de Desastres Naturales (Cemaden), si las lluvias en la región del sistema de Cantareira, que suministra a 8,8 millones de personas en Sao Paulo (sureste), continúan al 50 por ciento por debajo de la media, esta fuente pudiera secarse en cuatro meses.
La especialista Adriana Cuartas apuntó que se elaboraron cinco panoramas que toman en cuenta el posible impacto de la lluvia y se compararon los resultados con la serie histórica de precipitaciones desde 2004.
Hasta la fecha, explicó, llovió sólo 60,9 milímetros desde el comienzo del mes, lo que equivale al 22,5 por ciento de la media histórica para enero.
«Estamos monitoreando, evaluando y viendo que sucede para renovar las proyecciones», dijo.
Ocho estados y el distrito federal fueron afectados la víspera por apagones luego de que el Operador Nacional de Sistema Eléctrico pidiera a algunos proveedores recortar el suministro para evitar una crisis mayor por la ola de calor y una sequía calificada sin precedentes.
Entre los lugares más afectados estuvieron Sao Paulo, Río de Janeiro (sureste), Minas Gerais (sureste), Río Grande do Sul (sur), Paraná (sur), Santa Catarina (sur), Espírito Santo (sureste) y Goiás (centro), donde hubo un alto consumo de uso de aires acondicionados.
En Sao Paulo, por ejemplo, la temperatura logro alcanzar los 36,5 grados centígrados.