“Uno de los barcos que recoge el crudo derramado en el Golfo de México, cesó su actividad durante la noche del viernes por problemas técnicos y espera reanudarla a última hora del domingo después de que pase la amenaza de tormenta en el área del Golfo de México”, informó Robert Wine, portavoz de la Bristish Petroleum, BP.
Un bloqueo en un dispositivo de ventilación antiincendios en el barco Discoverer Enterprise, que tiene capacidad para recuperar entre 15.000 y 18.000 barriles de crudo por día, fue lo que influyó para que el navío dejara de operar, indicó Wine.
Antes de esta interrupción, BP recuperaba unos 25.000 barriles diarios, informó el viernes Thad Allen, comandante de la Guardia Costera de Estados Unidos.
BP indicó que los técnicos en el área no sabían aún con precisión cuándo se reanudaría la captación de crudo. «Dependerá del clima, no se puede hacer mucho contra eso», opinó Wine.
AUMENTA PRESIÓN
British Petroleum enfrenta mayor presión política después de que el grupo corporativo Anadarko Petroleum, uno de sus socios en el sector, lo acusó de negligencia mayor y conducta empresarial desatinada.
“BP debería pagar la totalidad de la indemnización multimillonaria por el desastre ecológico en el golfo de México porque la culpa es completamente de ellos. La tragedia en el Golfo pudo prevenirse y es resultado de una conducta administrativa irresponsable”, remarcaron voceros de Anadarko.
El jueves pasado, el consejero delegado de BP, Tony Hayward, compareció ante el Congreso. Durante su intervención, la manifestante Diane Wilson, del grupo ecologista norteamericano Code Pink, reclamó el procesamiento penal de la jefatura de la empresa británica.
También el presidente Barack Obama enfrenta fuerte críticas. El senador republicano Roger Wicker reiteró que el mandatario demoró en involucrarse en el desastre provocado en el Golfo de México por un gigantesco derrame de petróleo.
«Me alegra que finalmente Obama ponga esa catástrofe en el tope de la agenda pero su respuesta ha sido muy lenta. Demoró en escuchar a los líderes locales y de los estados, demoró en entender la seriedad de la crisis y demoró en asumir la responsabilidad por la recuperación. Muchas de sus acciones fueron realmente tomadas en la dirección equivocada», precisó Wicker.