Más de 700 empresas suecas quebraron solo en septiembre pasado, escribe el medio ‘Bloomberg’ citando datos estadísticos. Al mismo tiempo, el número de empleados que perdieron su trabajo a raíz de la bancarrota de sus empleadores se ha duplicado en comparación con 2023, algo que augura un «otoño duro para muchos» en Suecia, destacan analistas.
Las empresas inmobiliarias fueron las más afectadas, según Creditsafe, una agencia de referencia crediticia, ya que el número de bancarrotas en este sector se duplicó con creces con respecto a 2023.
Las estadísticas de esa agencia muestran que 721 sociedades limitadas quebraron en septiembre, frente a las 616 del mismo mes de 2023 y las 515 de un año antes. En comparación con hace cinco años, el número de insolvencias se ha duplicado.
Por su parte, la Universidad de California precisó que el número de quiebras en septiembre en los sectores inmobiliario, de la información y las comunicaciones, así como del derecho aumentó un 62%, 47% y 35%, respectivamente, informa el portal sueco Dagens Juridik. Una situación similar se vive en los sectores de las finanzas, la ciencia y la tecnología.
En conjunto, la economía sueca experimenta un aumento del 17% de las quiebras con respecto a 2023, lo cual supone un «brusco giro a peor», tras un descenso del 3% en agosto, reconoce Bloomberg.
De acuerdo con Creditsafe, en los nueve primeros meses de 2024, el número de empleados afectados por la quiebra ha aumentado un 50% en comparación con el mismo período de 2024. En total, casi 25.000 personas se han visto afectadas por la quiebra de sus empleadores, frente a las 16.600 de 2024.
«El desempleo está aumentando, muchas compañías se ven obligadas a despedir empleados y la inversión en el sector empresarial sueco se encuentra en niveles históricamente bajos (…) Este otoño será duro para muchos comerciantes», pronostica el director general de Creditsafe en Suecia, Henrik Jacobsson.
Y aunque las esperanzas de una recuperación de la economía sueca «han subido» ante la bajada de los tipos de interés por el banco central nacional, eso no se ha traducido aún en un aumento de la actividad empresarial, lo que sigue presionando a las empresas en Suecia, concluye Jacobsson.