En la República Bolivariana de Venezuela las empresas transnacionales y nacionales en 17 años de Revolución han decretado una política antiobrera: botar a los trabajadores, quitarles el sueldo, encarcelar a quienes se levanten contra los yugos capitalistas y también, en varios casos, son asesinados por mafias patronales paramilitares.
El estado Lara es sede de una de las fuerzas industriales de Venezuela, allí se ha desarrollado varios escenarios contra los obreros; los casos más importantes: Brahma, Interceramic, Souto. Los trabajadores han logrado resistir los golpes que les han lanzado desde la burguesía y el estado con su aparato coercitivo. Allí lamentablemente el Gobierno Nacional no ha sido del todo eficiente en su apoyo a los obreros y Comunas, ha sido el pueblo organizado el que ha echado las bases para que esas empresas hoy sean productivas.
Es necesario comprender que la lucha popular es fundamentalmente contra la burguesía y si el Gobierno se declara popular, revolucionario y socialista entonces debe apoyar radicalmente las iniciativas populares contra la burguesía.
Es preocupante ver cómo siguen cerrando empresas, continúan golpeando a las obreras y los obreros. Se sigue acabando con el aparato productivo desde la burguesía y desde las erróneas decisiones en política económica productiva gubernamental, por ejemplo la propiedad estatal de los medios de producción con colocación de juntas administradoras en manos de militares.
En el seno del pueblo se debe tener puntería hacia los objetivos revolucionarios que van al socialismo. Es necesario llamar a un gran debate nacional sobre el socialismo en la República Bolivariana de Venezuela y exigir que sus resultados sean asumidos por el Gobierno Nacional.
La rebelión popular es en la calle y a nivel productivo tomando desde ya todas las empresas, parando las acciones anti-obreras y anti-populares de la injusticia burguesa que aún impera en Venezuela. La destitución de la juez agrario del estado Lara María Mascarell y la orden del Tribunal Agrario contra los trabajadores de Beneagro, Proletarios Uníos y de Nestlé es una muestra de ello. Hoy los trabajadores de esta transnacional son víctimas de la burguesía y les han quitado el sueldo con la excusa de la crisis económica, que no nos sorprenda; siempre la clase obrera será sacrificada por los empresarios en su afán de seguir acumulando riquezas a costilla de la fuerza de trabajo colectiva e individual.