Autoridades mexicanas mantienen la búsqueda de los propietarios del Casino Royale de la ciudad de Monterrey (norte), que el pasado jueves fue objeto de un grupo de hombres armados que con granadas y gasolina mataron a 52 personas dentro del lugar. Las primeras hipótesis sostienen que los dueños del establecimiento habrían huído del país.
El vocero de Seguridad del norteño estado de Nuevo León, Jorge Domene, dijo que estableció contacto con representantes de la embajada de Estados Unidos, así como con la Policía Internacional (Interpol, por sus siglas en inglés), para tratar de ubicar a los propietarios del Casino, de quienes se presume habrían huído de México al ser víctima de extorsión.
El dueño del Casino Royale, que ha sido identificado como Raúl Rocha Cantú, tiene una orden de presentación en su contra y no se ha presentado a rendir su declaración.
Por otro lado, las autoridades mexicanas dieron a conocer que identificaron al autor intelectual del ataque y aunque no precisaron sus datos, se presume que podría tratarse de un importante narcotraficante mexicano.
Domene dijo que no ofrecerá mayor información sobre el narcotraficante, «ya que militares y policías se encuentran todavía tras su pista».
El Gobernador de Nuevo León, Rodrigo Medina, informó el lunes sobre la detención de cinco personas presuntamente implicadas en el atentado al Casino Royale y quienes confesaron pertenecer al cártel de los Zetas.
«Todos ellos han confesado estar con el grupo criminal de los Zetas», dijo Medina en una conferencia de prensa.
«Son cinco personas detenidas y se les ha estado interrogando, uno de ellos, un adolescente, viajaba en un auto robado y cuando fue detenido se le cotejó con uno de los retratos hablados, se le interrogó y él proporcionó los datos para capturar a sus cómplices», dijo el gobernador.
Se trata de Luis Carlos Carrasco Espinosa, identificado como El Chihua, de 25 años y originario de Chihuahua; Javier Alonso Martínez Morales, El Javo, de 37 años; Jonathan Jair Reina Gutiérrez, de 18 años; Juan Ángel Leal Flores, de 20 años, y Julio Tadeo Barrones Ramírez, El Julio Rayas, de 28 años, los últimos cuatro naturales de Monterrey.
Medina afirmó que los cinco detenidos confesaron su participación en el crimen del jueves pasado y que la Procuraduría General de Justicia cuenta con pruebas suficientes para demostrar su participación como autores intelectuales y materiales.
La autoridad agregó que el atentado estaba dirigido inicialmente al casino y no a los clientes del establecimiento que se encontraban en su interior al momento del incendio.
Se presume que las causas del hecho apuntan «a algún cobro o extorsión que quería llevar a cabo la organización Los Zetas», dijo Medina.
Desde el año pasado, la ciudad de Monterrey forma parte de un escenario de guerra en el que bandas del narcotráfino se disputan la zona por ser geográficamente estratégica para transportar sustancias ilícitas.
En julio la ciudad norteña vivió uno de sus peores episodios de violencia cuando se cometieron al menos 71 asesinatos en una misma semana atribuidos al cártel del Golfo y sus antiguos aliados Los Zetas, las organizaciones criminales más grandes que operan en México.
La cifra de muertos en México a causa del tráfico de drogas se ubica en 41 mil desde diciembre de 2006.