![arma de fuego](/wp-content/uploads/2016/04/arma-de-fuego.jpg)
Las masacres en masa son una plaga para Estados Unidos y están estrechamente vinculadas a la difusión de las armas de fuego a lo largo y lo ancho del país.
Una de cada tres familias estadounidenses tiene un arma en su casa y no es por otra parte una casualidad que un tercio de los propietarios de armas de todo el mundo viva precisamente en los Estados Unidos. La Constitución prevé, por otra parte, el derecho de tener un arma.
Los últimos datos oficiales indican que desde el 1982 al 2014 en el país hubo al menos 61 homicidios de masa (más de dos víctimas) en treinta diferentes estados del país.
El 97-98% de este tipo de asesinos son hombres y el 22% de ellos tienen problemas mentales.
Recientes datos difundidos por la School of Public Health de la Universidad de Harvard y por la Northeastern University indican que en el país se verifica una masacre cada 64 días, mientras hasta los primeros años 2000 había una matanza de este tipo cada 200 días.
Las últimas tuvieron lugar en Orlando y en Dallas.
En el primer caso, Omar Matteen, de 29 años, entró armado en un local gay donde asesinó a 49 personas.
En el segundo, el jueves pasado Micah Xavier Johnson, 25 años, mató a cinco policías blancos, antes de ser muerto a su vez por un robot-killer.
Otro dato clave en este frente trágico es que en las matanzas cada vez muere más gente: entre el 2003 y el 2013 perdieron la vida en esos sangrientos hechos 285 personas.
Por otra parte, según Mass Shooting Tracker, entre el 1 de enero del 2014 y el 26 e mayo del 2015 hubo 43 tiroteos en el país, en los que murieron 195 personas.