El jardinero venezolano Carlos González es el jugador más emblemático de los Rockies de Colorado. En cada uno de los compromisos se puede observar a cientos de aficionados con las camisas púrpura con el nombre del zuliano en la espalda.
Lo mismo que Galarraga, Dante Bichette, Larry Walker, Tod Helton, Troy Tulowizki y Vinicio Castilla en su momento, Carlos González mueve pasiones en Denver.
Precisamente, Vinnie Castilla conversaba alegremente con el jardinero marabino en el terreno de juego del Coors Field, mientras se daba la práctica de bateo. Todo era risas y camaradería, hasta darse la voz de playball en el Opening Day en Denver, donde los Rockies locales enfrentaban a los poderosos Dodgers de Los Ángeles.
González ha reconocido que en estos inicios no ha bateado mucho, pero que el pitcheo ha respondido, con lo cual los Rockies se encuentran en una privilegiada posición.
LOS LANZADORES
En los dos últimos juegos los abridores de los Rockies han cumplido con las expectativas y mucho más.
Primero fue el novato venezolano Antonio Senzatela y luego el también rookie Kyle Freeman, quien dejó sin mayores opciones a los Dodgers.
Precisamente Freeman era centro de atención de los medios estadounidenses en el clubhouse de los Rockies, habida cuenta que se había convertido en apenas el segundo novato en abrir un juego en su ciudad natal, desde que Chuck Dobson, en 1966, abrió por los Atléticos de Kansas City.
El locker de Freeman estaba al lado de González, quien por su parte atendía a los periodistas de habla hispana.
“Esta versión de los Rockies es una de las mejores en las que he actuado. Afortunadamente el pitcheo ha funcionado, como hoy con Freeman”, dijo el pelotero venezolano.
“Lo más importante de los pitchers jóvenes es que muestren consistencia, que sepan también salir de aprietos en esos altos y bajos. Yo, con tantos años en el beisbol, sé lo que es tener un mal momento y por ello les digo que mantengan la mente en alto, que las cosas fluirán si se mantienen en positivo”, comentó González.
Carlos González se encuentra en su último año de contrato con los Rockies, pero no se siente preocupado sobre su futuro inmediato.
Podría cambiar de equipo o quedarse en Colorado, novena que estaría en capacidad de asegurarlo por otras temporadas.