La asistencia en materia de alimentación llegó en los últimos días a casi 400 mil filipinos afectados por el tifón Haiyan, cifra alentadora, pero lejos de las necesidades provocadas por el meteoro, según un reporte de la ONU.
En su más reciente informe sobre la situación en el país del océano Pacífico azotado por Haiyan, la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) advirtió que se necesitan recursos logísticos para llevar comida a personas ubicadas en áreas montañosas.
El tifón que impactó Filipinas hace nueve días, conocido localmente como Yolanda, destruyó con sus vientos superiores a los 300 kilómetros por hora cultivos y comunidades pesqueras.
Una de las cuestiones que mayor preocupación genera es la relacionada con el arroz, cuya próxima cosecha será en octubre de 2014, a partir de la pérdida de semillas y fertilizantes, lo cual crea un panorama de inseguridad alimentaria y déficit nutricional.
Las cifras de la OCHA mencionan entre nueve y 13 millones de afectados por el devastador meteoro en nueve regiones, mientras que los desplazados ascienden a tres millones.
De acuerdo con la Oficina, uno de los aspectos positivos ante tanta adversidad es el avance en la recuperación de caminos e instalaciones portuarias, que permiten una mejor asistencia a las personas necesitadas.
Respecto al plan de las Naciones Unidas para apoyar a Filipinas en la atención a las víctimas y las tareas de recuperación, el ente humanitario precisó que presenta un 24 por ciento de financiamiento (74 millones de dólares).
La ONU lanzó la semana pasada una iniciativa que requiere en sus primeros seis meses de 300 millones de dólares, con la alimentación, la asistencia médica, la habilitación de refugios y el acceso a agua potable y sanidad como prioridades en el destino de esos recursos.