Aunque divergentes, las cifras de tres fuentes sobre los muertos en Irak en el curso del año recién concluido son aterradoras y con tendencia mantenerse o aumentar, debido a la violencia del conflicto, que amenaza devenir guerra civil.
Las estadísticas más altas provienen de la organización no gubernamental Iraq Body Count, que sitúa los muertos en atentados dinamiteros, secuestros y ataques personales en nueve mil 475, la mayor registrada desde 2008 cuando perdieron la vida 10 mil 130 personas.
El conflicto interno iraquí se agravó desde finales de 2012, cuando las autoridades centrales acusaron al fugitivo vicepresidente Tarik Hashemi de planear y ordenar el asesinato de altos funcionarios y oficiales de la secta chiíta, a la que pertenece el primer ministro Nuri al Maliki.
Hashemi, que está condenado a muerte por cinco tribunales iraquíes, está refugiado en Turquía desde que huyó del país poco antes de la salida de las tropas estadounidenses en misión de combate en este país levantino, cuya población no encuentra sosiego a la violencia.
De su lado, el Gobierno circuló hoy un informe en el cual cifra los muertos por causas violentas en siete mil 154, incluidos los miembros de las Fuerzas Armadas, la Policía y los integrantes de la milicia Sahwa, conformada con ex miembros de la red Al Qaeda que cambiaron lealtades y son blanco favorito y frecuente de ataques.
El número es inferior a los ocho mil 995 contabilizados en 2008.
La ONU, por su parte, emitió un parte algo superior al oficial, siete mil 818 civiles y miembros del Ejército y las fuerzas de seguridad muertos, por encima de los seis mil 787 que informó de cinco años atrás.
Sin embargo, el inicio del nuevo año del calendario gregoriano en modo alguno implica un respiro ya que el desmantelamiento a fines de año de un campamento de protesta montado por musulmanes sunitas en diciembre de 2012 implica un mayor grado de resquemor hacia las autoridades centrales, incapaces de controlar a las entidades que lo combaten.
Otro factor que complica la ecuación es el conflicto en Siria, país fronterizo con Irak desde y hacia el cual pasan hombres y armas, entrenados en combate y en la realización de actos terroristas.