El Central Azucarero Sucre (CAS), ubicado en la población de Cumanacoa, municipio Montes en el estado Sucre, ha dado un giro en su relación con las comunidades aledañas, con los trabajadores y trabajadoras que día tras días participan de la actividad productiva en este complejo.
Recuperado en 2007 por el Estado con apoyo de la masa laboral, del poder popular y productores de la caña de azúcar, luego de años en manos del sector privado, esta planta fundada en 1955 se levanta como otro ejemplo que estrecha lazos con los Consejos Comunales para el abastecimiento de un alimento indispensable en la dieta diaria.
“Y también para contrarrestar la especulación y el acaparamiento”, afirmó José Morillo, gerente de Desarrollo Comunitario del Central Azucarero Sucre.
“Nosotros nos estamos apoyando en el Poder Popular. Con su ayuda hemos distribuidos hasta la fecha 111 toneladas de azúcar. Se trata de 68 Consejos Comunales que están en la poligonal del central azucarero, a los cuales se les entrega el producto a consignación y luego de su venta en la comunidad nos entregan el dinero”, explica.
En esta intermediación participan los propios trabajadores y trabajadoras, “sobre todo aquellos que habitan en zonas donde los Consejos Comunales no se han conformado o presentan problemas de organización, es allí donde asumen la venta mediante un mecanismo supervisado que aporta sus frutos positivamente”, resaltó Morillo.
La experiencia, añade, ha ido en aumento por cuanto a la fecha ha sido sumados 92 Consejos Comunales en este plan de abastecimiento popular del endulzante.
Vecinos de diferentes áreas son involucrados en este programa corporativo, fundamentalmente liderados por voceras y voceros de los comités de alimentación de los grupos socioproductivos que hacen vida en los sectores Cumanacoa, San Juanillo, El Hormiguero, Pueblo Nuevo Arriba, Pueblo Nuevo Abajo, Barrio 19 de abril, La Granja I y II, entre otros.
“Hemos ido ampliando nuestro radio de acción a zonas del municipio Montes que está integrado por seis parroquias”, agrega.
FORMACIÓN
“Esta experiencia se traslada a otras zonas como el municipio Mejía, que es otra área de influencia del central. Allí, tenemos la relación con los Consejos Comunales para poder hacer la distribución del rubro. Igual lo hacemos en la población de Caripe, estado Monagas, en coordinación con personal del central azucarero de esta región”, explica Morillo.
Explica que no se trata de un intercambio mecánico, reducido a compra y venta, sino que viene acompañado de un plan de formación en cuanto a leyes relativas a seguridad y soberanía alimentaria, información y sobre el Proyecto Nacional Simón Bolívar y la revisión de los artículos de la Constitución Nacional.
“¿Por qué? Porque el Poder Popular tiene que apropiarse de este sistema de distribución y para ello debe conocer las herramientas con las que puedan defender este tipo de programas”, puntualiza.
Agrega que la acción conjunta entre la empresa y la ciudadanía se traducirá pronto en la ejecución de un plan piloto de mercado comunal integral, en el que se atenderá adicionalmente a la población según su capacidad y necesidad.
En palabras de Leonardo Suárez, presidente del Central Azucarero Sucre, “esta planta se mantiene como el generador de una actividad económica principal para este pueblo y que opera en una de las primeras zonas donde se obtienen excelentes resultados para el cultivo de caña de azúcar”.
Suárez expresó que hasta 2007 la factoría estuvo en manos de propietarios privados. “Era un grupo empresarial que era dueño de este central y el que está ubicado en Cariaco”.
“Desde enero de 2008 el gobierno nacional y el pueblo toman el control de este central mediante una medida de expropiación. Por supuesto, los habían dejado en condiciones muy malas, pues los empresarios se dedicaban era a producir sin tomar en cuenta la conservación de esta planta”.
Fue el 23 de junio de ese año cuando se concretó la nacionalización del complejo agroindustrial, pero un mes después la Procuraduría General de la República concluyó el proceso de expropiación del antiguo Central Azucarero Cumanacoa, al protocolizar la firma del documento de transferencia de los bienes de la referida empresa al patrimonio de la Nación.
Este procedimiento se produjo además luego que la apoderada privada cancelara las deudas que mantenía con todos sus trabajadores, acreedores, también los pasivos que mantenía con Fogade y con la Alcaldía del Municipio Montes.
CRECIMIENTO
Suárez contó que en los anteriores dueños capitalistas molían aproximadamente 1.500 toneladas por día que es la capacidad nominal de esta fábrica.
“Una vez que pasa a manos del Estado empieza la Corporación Venezolana de Alimentos a coordinar el central. Los primeros dos años fueron de total de recuperación y trabajos mecánicos, pero a medida que ha transcurrido el tiempo la inversión ha dado resultados”, sostiene.
“En este momento estamos haciendo esfuerzos para recuperar los niveles de producción. Se ha venido garantizando las moliendas a los cañicultores para mejorar los cultivos”.
El representante de la CVA indicó que el primer año de operatividad se procesaron 4.500 toneladas de azúcar, una producción que permitía mostrar que el central podía funcionar
“Para 2009 hubo una mejoría y se molieron 6.200 toneladas y la zafra de 2010 fue desde el 13 de marzo hasta el pasado 20 de junio, se procesaron 70.000 toneladas de caña de azúcar, para una producción de aproximadamente 5.000 toneladas de este ‘oro’ dulce”.
Adicionalmente, adujo, al productor de caña se le facilitan la obtención de abono, químicos y fertilizantes; de igual modo les apoya al pequeño cañicultor en la parte de financiamiento a través de Fondo de Desarrollo Agropecuario, Pesquero, Forestal y Afines (Fondafa). Vale destacar que en las propias instalaciones del central opera una sede del Banco de Desarrollo Agrícola.
ESTÍMULO
En cuanto a los incentivos a la masa laboral, con el cambio de patrón han sido otros los beneficios. Sobre el particular habló Armando Ortiz, secretario de reclamos del Sindicato que agrupa a más de 300 empleados fijos del central.
“El simple hecho de aumentar la capacidad de aumentar el número de trabajadores y trabajadoras ha sido un estímulo y una recompensa a todo el pueblo. Antes había una cantidad de trabajadores, entre 100 y 80 personas contratadas”.
El dirigente sostiene que una vez que el Estado tomó las riendas del central trabajan en una zafra (recepción de caña y molienda) hasta 600 personas “y esto es satisfactorio para el pueblo”.
Ortiz, quien comenzó en el central desde el año 81 como ayudante de tornería, es hoy tornero y trabaja en uno de los turnos. “Ahora es muy diferente a como nos habían tratado ates. En el pasado por una reparación que se hiciera en la empresa laboraban sólo 60 personas, y el que no estuviera de acuerdo le decían que allí estaba el portón de salida”.
“Nuestra necesidad de trabajar nos hacía asumir la faena de la forma en que nos exigían y como quisieran pagarnos en ese tiempo. Recibíamos como 300.000 (de antes) semanalmente, ahora un empleado supera los 1.000 bolívares por turno”.