Columna por Marcel Roo|Chile decide su destino (Opinión)

Chile celebra este domingo su sexta elección presidencial de la era pos dictadura y, si las encuestas no fallan, de nuevo volverá Michelle Bachelet a La Moneda.

Varios elementos resaltan de estos comicios: en primer lugar, la derecha, hoy en el poder, será desalojada con los votos mayoritarios de los chilenos, lo que puede significar la reducción del fantasma pinochetista a su mínima expresión.

En segundo lugar, la señora Bachelet, de ganar, enfrentará el dilema de ser consecuente con sus promesas electorales o de actuar como en su primera gestión, en la que hablaba de cambios para que todo siguiera igual.

Ella ha declarado que su país necesita una nueva Carta Magna acorde con nuevos tiempos; sin embargo, no ha querido comprometerse con el llamado a una Asamblea Constituyente que es la demanda mayoritaria de la sociedad para eliminar la actual Constitución pinochetista.

La candidata de la Nueva Mayoría también ha dicho estar de acuerdo con la gratuidad de la enseñanza, aunque no ha precisado cómo lo haría. Cabe recordar que Chile es quizás el país con más universidades y colegios privados, donde se ha convertido a la educación en uno de los negocios más lucrativos.

El tercer elemento que nos ocupa es el cambio cualitativo que se ha producido en la conciencia ciudadana, cuyo factor de motivación fundamental ha sido el movimiento estudiantil que rompió con el silencio y el miedo y logró movilizar al resto de la sociedad.

Este salto se evidencia en el debate diario en el que sobresalen las propuestas de cambio. Algunas de ellas se inclinan hacia Michelle Bachelet con la esperanza de que cumpla su palabra, otras buscan alternativas de izquierda más comprometidas y las escépticas propician la abstención que, por cierto, según los indicadores puede ser muy alta.

Las cartas están echadas. Cualquiera que sea el resultado final, lo cierto es que amanecerá un Chile nuevo con un movimiento social vigoroso y una izquierda que ha venido acumulando fuerzas que le pronostican un futuro promisor, en aras de cumplir con el legado de Salvador Allende de construir la sociedad socialista por la que transite el hombre libre.

Caracas