Chipre y la zona euro llegaron el domingo por la noche a un acuerdo definitivo sobre un plan de rescate, en virtud del cual, la isla recibirá 10 mil millones de euros que utilizará para evitar declararse en quiebra.
El acuerdo “pone fin a la incertidumbre en Chipre y en la zona euro”, señaló el jefe del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, al término de la reunión, celebrada en la capital de Bélgica, Bruselas.
En la cita, cuyo objetivo era evitar que Chipre, que representa el 0,2 % del PIB de la zona euro, se declare en bancarrota, participaron también el presidente chipriota, Nicos Anastasiadis; el de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso; del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, y la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, entre otras autoridades.
La isla recibirá 10 mil millones de euros de la zona euro y el FMI a cambio de comprometerse con Bruselas a recaudar 7 mil millones de la misma moneda, es decir más de un tercio de su Producto Interno Bruto (PIB).
El recién alcanzado acuerdo, que también fuerza la liquidación del segundo banco chipriota y golpea a todos los grandes depósitos bancarios del país, incluye un impuesto de hasta el 40 por ciento para los depósitos de más de 100 mil euros en los dos bancos más grandes de Chipre.
Los bancos chipriotas estarán cerrados en todo el país hasta el próximo 26 de marzo a fin de evitar la retirada de efectivo, lo que provocó que la gente forme largas colas delante de los cajeros automáticos, que solo dispensan una cantidad máxima diaria de 100 euros por cada cuenta individual.
Además, un gran número de chipriotas se reunió frente a la sede del Parlamento, en la ciudad capitalina Nicosia, para protestar contra el acuerdo de rescate, además de denunciar a su Gobierno, la UE y el FMI por sus políticas de austeridad.
“Si no garantizan nuestros fondos de pensiones, empezaremos una huelga a partir del martes”, advirtió el sábado el presidente de la Unión Chipriota de los Empleados de los Bancos (Etyk), Loizos Hadgicostis.