El representante del Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa, por sus siglas en inglés), Jorge González Caro, precisó el miércoles que actualmente a escala mundial se estima que hay 59 millones de personas desplazadas, 200 millones son afectadas anualmente por emergencias y desastres naturales y 100 millones de personas necesitan ayuda humanitaria, “cifras que no se veían desde la Segunda Guerra Mundial”.
La declaración la hizo González Caro, en la sede del Unfpa, en La Castellana, Caracas, donde presentó el Informe del Estado de la Población Mundial 2015: Cobijo en la tormenta, cuyo lanzamiento oficial se efectuará este jueves.
Al referirse al informe, explicó que se desarrolla temáticamente todos los años en torno “a algún tema que sea de interés mundial y se encuentre dentro de la agenda de trabajo del Fondo de Población de las Naciones Unidas”.
“Es una agenda que fundamentalmente responde a la Conferencia Internacional de Población y Desarrollo. Ahora extendida como mandato porque la agenda cerró en 2014, y se extendió por decisión de la Asamblea General de manera indefinida”, subrayó.
POR LOS MÁS VULNERABLES
El informe apunta que para el año 2015 tiene como propósito presentar un panorama sobre la población más vulnerable cuando se producen situaciones de emergencia, como son las niñas, las adolescentes y las mujeres. El objetivo es “perfilar el diseño de políticas públicas dirigidas a prevenir, atender y ofrecer soluciones, ya que “son víctimas invisibles de emergencia humanitarias en el mundo”.
Sostuvo que actualmente no es una situación que “estamos viviendo de manera directa en Venezuela”, sin embargo, comentó que en este momento, el desplazamiento que se produce entre los países africanos, en el Medio Oriente hacia las zonas de Europa, es un desplazamiento, de movimiento migratorio de personas, que tiene reiteró cifras que “no se veían desde la Segunda Guerra Mundial”. Como ejemplo, mencionó “toda la gente que se está saliendo de Siria”.
TRABAJO EN CONJUNTO
El Unfpa trabajó en conjunto con organizaciones no gubernamentales (ONG) y en presencia de instituciones del Gobierno Nacional, en cuyas reuniones , señaló González Caro, se discutió la importancia de “considerar la violencia sexual y la violencia basada en género en mujeres y adolescentes durante situaciones de emergencia y desastres”.
De esas reuniones de trabajo, precisó que surgieron un conjunto de recomendaciones a ser aplicadas antes, durante y después de los eventos, así como el manejo de datos en la cobertura de desastres, emergencia y gestión de riesgo. También añadió que se abordó “cómo manejar el tema del levantamiento de datos y de información, como manejar datos precisos, con la técnica que hay para eso, durante situaciones de emergencia y de gestión de riesgos”.
Comentó que se instaló una mesa en la fue analizado los potenciales riesgos de las adolescentes ante situaciones de emergencia y desastres en Venezuela, y se discutió un posible perfil de las políticas en relación con este tipo de evento.
En esa dirección, afirmó que se abordó “como asegurar las condiciones para el respeto a la dignidad de las mujeres en edad reproductiva en situaciones de emergencia y desastres en Venezuela. Y los efectos en la salud mental y social de las adolescentes y las mujeres ante situaciones de emergencia y riesgo”.
González manifestó que están elaborando un folleto que darán a conocer próximamente: “Allí están todas las recomendaciones en términos de lo que debe y puede hacerse en las fases postraumática y la fase preparatoria, de manera que podamos diseñar políticas preventivas, políticas de abordaje, en el momento en que se producen los eventos de riesgo y políticas luego de dar respuesta posconflicto a cualquier situación que se presente”.
DESMITIFICAR LA VIOLENCIA
En el tema de la violencia sexual, la violencia basada en género en adolescente y mujeres durante situaciones de emergencia, comentó que las mesas de trabajo acordaron para el año 2016, “desarrollar un plan con la finalidad de sensibilizar y capacitar sobre esta situación en los distintos niveles educativos, en las comunidades y funcionarios de instituciones vinculadas con la materia”.
También indicó que se plantea formar a los profesionales que trabajan en áreas relacionadas con la atención de emergencia y desastres y “desmitificar la violencia y lograr identificar cómo se manifiesta, caracterizarla, reconocer las diversas formas en las que se manifiesta. Aceptar que existe, que no es un problema privado sino público y que es grave”.
Durante los eventos de desastres naturales, señaló que algunas personas se ven en la necesidad de acudir a un refugio, es fundamental “reconocer las diversas formas de violencia, que pudieran estar ocurriendo en los refugios”. Sobre este particular, González Cano expresó que en el año 2010 junto a Protección Civil, como consecuencia de las torrenciales lluvias que azotaron al país, “hicimos un trabajo que llamamos las cartillas de prevención de violencia sexual en los refugios, porque una cosa que se evidenció durante ese periodo, es que se incrementó la violencia sexual y los embarazos en adolescentes. Es un caldo de cultivo que debe ser atendido, tiene que tener una política pública”.
ACCESO A LOS SERVICIOS
El informe publicado por el Unfpa, señala que en las situaciones de desastres naturales y conflictos alrededor del mundo, las necesidades en materia de salud de las mujeres, de las niñas y las adolescentes son generalmente desatendidas en las asistencias humanitarias, cuyas vidas en contextos de crisis dependen del acceso a los servicios básicos de salud sexual y reproductiva.
En ese sentido, el escrito indica que hoy día tres quintos de las muertes maternas ocurren en países considerados frágiles por situaciones de conflicto o desastres. Asimismo, los embarazos y los nacimientos ocasionan 507 muertes maternas diariamente en esas condiciones.
Según el informe del Estado de la Población Mundial 2015, el Unfpa en el año 2014 necesitaba de 19.5 billones de dólares para atender situaciones humanitarias en el mundo, pero enfrentó un recorte de 7.5 billones de dólares, decisión que puso en riesgo la salud y las vidas de millones de personas, En el 2015, el Unfpa recibió menos de la mitad del financiamiento requerido para abordar las necesidades básicas de salud sexual y reproductiva de mujeres y adolescentes.