Con casi 12 años de diferencia con respecto a su primer compacto oficial, la banda larense de rock campesino, El Pacto, bautizó este viernes en el Nuevo Nuevo Circo de Caracas su segunda producción titulada Bailando con los gallos, compuesta por un total de 13 temas, casi la mitad de ellos completamente nuevos y otros retomados de trabajos anteriores que nunca fueron editados en algún de disco.
Esta nueva placa se publicó luego de que el video clip del primer tema promocional, “I need to know” (Necesito saber), se estrenara hace unos seis meses en las pantallas de televisión del Sistema Nacional de Medios Públicos (SNMP), donde sonó esporádicamente, al mismo tiempo que se mantuvo disponible en internet.
Precisamente esta noche a las 9:00 pm, igualmente mediante el SNMP, se estrenará el video clip del segundo promocional y el tercero en el orden del disco, “El robot de la otra banda”, una historia sobre un androide despechado que intenta ahogar sus penas en, cocuy de penca, una la popular bebida típica de los estados Lara y Falcón, que se usó para bautizar el disco.
El audiovisual, realizado con los recursos mínimos necesarios, fue dirigido por Clarissa Duque, cineasta venezolana reconocida en el El II Festival Internacional de Cine por la Equidad de Género, en Argentina, gracias a su documental Tambores de agua. En la asistencia de dirección, edición y dirección de fotografía participó John Márquez, uno de los encargados de la iluminación del documental Tocar y luchar, de Alberto Arvelo.
A decir de José Gabriel Álvarez, vocalista de El Pacto, Bailando con los gallos “es un disco de mucho cuentos, queremos hacer un video de cada tema, cada una tiene una historia”.
Desde el punto de vista musical y en comparación con la producción de 1998, Hyperdance en la curva de San Pablo, la nueva placa marca una diferencia sustancial que evidencia la evolución y madurez de los larenses.
“Mucha gente que nos vio en los años 90 y que escuchó el primer disco notará que es es una producción muy festiva: tiene mucho metales, es un disco muy punk, muy caribeño, muy bailable. Este disco (el nuevo) es mucho más rockero, más electrónico y más folclórico al mismo tiempo. Marca una diferencia sustancial con respecto al otro”, reveló Álvarez.
El cantante adelantó que si bien Bailando con los gallos tiene muchos temas “juguetones”, como el caso de los dos promocionales, también incluye piezas “serias”, entre las que se cuentan “Aracal” y “Vaca, cerro, matorral”, que se refieren a las luchas campesinas.
“Tomamos el nombre de Aracal porque así se llama un fundo zamorano de Yaracuy donde han asesinado a varios campesinos. Yaracuy es donde se han asesinado más campesinos, ya van más de 120, sólo en ese estado. Quisimos hacer un homenaje a esa lucha campesina y usamos el nombre del fundo zamorano. Para nosotros es muy importante tocar ese tema de la lucha campesina”, insistió.
El nuevo disco de El Pacto, se caracteriza además por el protagonismo del cuatro, un elemento que comenzaron a incluir después de editar su primer disco, luego de una observación que les hiciera el maestro caroreño Alirio Díaz. “Le llevé el disco y dijo ‘bueno, ustedes dicen que son folcloristas, pero yo no veo aquí ningún instrumento folclórico’. Eso me dio mucha pena”, confesó Álvarez.
En este sentido los temas “Picao e culebra” y “Gigante de Sicarigua”, “son golpes tocuyanos trancados, como golpes hardcore. En este disco el cuatro toma una importancia especial. Además el instrumento es tocado como si fuera una guitarra eléctrica: esa es una de las características sonoras que tiene la banda desde estos últimos años”, admitió el vocalista.
Bailando con los gallos tiene algunas sorpresas como la participación de la agrupación de música tradicional larense Carota, ñema y tajá, que fue invitada para grabar el tema “Gigante de Sicarigua”, una historia inspirada en la pieza popular “El espanto”, que habla sobre una especie de Frankenstein donde se fusionan varias figuras misteriosas venezolanas como La Sayona y El Silbón, entre otros.
El nuevo disco de El Pacto fue completamente grabado en el estado Lara. Sin embargo, la masterización estuvo a cargo del ingeniero de sonido estadounidense, Bob Katz, ganador de tres premios Grammy en cuatro nominaciones, por sus trabajos en los discos The Words of Gandhi, de Ben Kingsley; Retratos de Cuba, de Paquito D’Rivera; y Olga Viva, Viva Olga, de la Tañón.