En la actualidad no sobrepasan los 200 ejemplares|Colombia impulsa programa para conservar al cocodrilo llanero

Científicos colombianos impulsan un proyecto para conservar al cocodrilo llanero, en peligro de extinción debido a la caza indiscriminada, reptil hallado solamente en la cuenca del Orinoco.

Gracias al programa promovido por la Fundación Palmarito, funcionan varios criaderos en el municipio casanareño de Orocué, a orillas del río Meta, donde esos animales se aparean, multiplican y crecen durante meses para ser luego liberados en su medio natural, declaró a Prensa Latina el director de esa institución investigativa, Alejandro Olaya.

Los aposentos creados con fines conservacionistas están situados dentro del parque Wisirare, tierra buena en lengua sáliba y distante 180 kilómetros de Yopal, capital departamental.

Se trata de uno de los cocodrilos más grandes del mundo, superado en talla sólo por los que habitan en el Nilo, desafortunadamente han sido perseguidos de manera despiadada, lamentó el experto.

Según Olaya a principios del siglo pasado sus poblaciones superaban los tres millones de individuos dentro de los llamados llanos orientales de Colombia (que abarcan a Casanare, Vichada, Arauca y Meta), sin embargo en la actualidad no sobrepasan la cifra de 200, dijo.

En esa región fueron cazados sin límite por lo menos durante 30 años -entre 1930 y 1960-, para usar sus pieles en la confección de zapatos, billeteras y otros accesorios.

Salvar al emblemático habitante de la Orinoquía colombo-venezolana, es desvelo de la Fundación Palmarito y de comunidades de Orocué.

Ese poblado es famoso por su puerto fluvial sobre el río Meta, uno de los principales afluentes del Orinoco.

Como resultado de la iniciativa logramos llevar caimanes llaneros a Vichada y a la reserva natural La Aurora, ubicada en Casanare, añadió Olaya.

El investigador comentó que a fin de estudiar el comportamiento de esos reptiles, decidieron colocar radiotransmisores a todos aquellos que son introducidos en sus hábitats tras una etapa de evolución dentro de los criaderos.

Tales pesquisas nos permiten asegurar que el 95 por ciento de ellos están «vivitos y coleando», afirmó.

Palmarito fomenta también el cuidado de las tortugas charapas -las mayores de agua dulce en América Latina- en el propio Wisirare, donde son protegidos los nidos hasta la eclosión.

Posteriormente las tortuguitas permanecen en playas artificiales y al año son liberadas en lagunas.

La Orinoquía comprende espacios de Colombia y Venezuela, sus aguas cobijan a otras criaturas amenazadas como delfines rosados y manatíes.

Fuente/Prensa Latina
Foto/Archivo