Fuerzas militares terrestres apoyadas por unidades navales y aéreas aniquilaron a 26 milicianos islamistas en el sur de Yemen, mientras el presidente Alí Abdulah Saleh, avivó masivas protestas opositoras al decirse comprometido con elecciones.
La ofensiva del Ejército gubernamental, que también costó la vida a 10 soldados, tuvo lugar ayer y este martes cerca de la ciudad de Dufas, en la sureña provincia de Abyan, para tratar de desmantelar uno de los bastiones de grupos que las autoridades vinculan con Al-Qaeda.
Fuentes castrenses precisaron que un coronel fue identificado entre los uniformados fallecidos, además de que resultaron heridos 38 irregulares y unos 30 soldados.
Dufas se localiza al oeste de Zinjíbar, capital de Abyan y principal base de los extremistas islámicos que la tomaron en mayo pasado, de ahí que las fuerzas armadas yemenitas arremetan contra esa zona y sus alrededores con todo su potencial posible, indicó un portavoz.
Según la fuente, los enfrentamientos más intensos se desataron el lunes cuando los milicianos interceptaron caravanas de tropas gubernamentales que avanzaban hacia la mencionada ciudad para reforzar a las emplazadas entorno a Zinjíbar y en Al-Mutalaa, a 13 kilómetros.
El Ejército de Yemen ha mantenido su ofensiva contra grupos radicales islámicos en el sur, a pesar de la crisis política y de las protestas para exigir la renuncia del mandatario Saleh, quien ayer afirmó haber dado órdenes a su partido para negociar con opositores.
Saleh, que permanece convaleciente en Arabia Saudita tras sufrir un atentado en el palacio presidencial en junio, sigue renuente a dimitir, pero volvió a expresar su aceptación de un plan del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) Pérsico.
La oposición, aunque fragmentada, aboga por la salida incondicional del jefe de Estado y desestima la iniciativa del CCG al verla como «un complot saudita-estadounidense para aplastar la revolución iniciada el 27 de enero» y así mantener en el poder a círculos allegados a Saleh.
«Permaneceremos en las calles y estoy seguro de que ganaremos fuerza durante este Eid el Fitr (festividad musulmana que sigue al mes de ayuno del Ramadán). Queremos que la fiesta sea doble. Nos manifestamos para derrocar al régimen», aseguraban opositores a periodistas.
Tras ocho meses de convulsión política, movilizaciones callejeras y enfrentamientos entre partidarios y opositores del presidente, los adversarios dudaron de la real voluntad de éste para firmar un acuerdo de transición del poder y convocar elecciones antes de tres meses.
El plan del CCG, avalado por Estados Unidos y la Unión Europea, contempla que Saleh transfiera el poder a su vicepresidente en 30 días, para que forme un gobierno de unidad que en el plazo de dos meses llame a elecciones, pero el mandatario lo rechazó en tres ocasiones.