Surcorea y Estados Unidos iniciaron este lunes el ejercicio militar Key Resolve, de 15 días de duración, que agrega más tensión a esa península asiática y la coloca al borde de la guerra.
Las maniobras, con 10 mil soldados surcoreanos y tres mil 500 estadounidenses, incluyen una parte simulada por computadora.
Pyongyang calificó a ese simulacro de guerra de ensayo provocativo y escalada para una invasión a la parte norte, por lo que le asiste el derecho de continuar perfeccionando su armamento nuclear.
También criticó la decisión del Consejo de Seguridad de la ONU de condenar al Estado norteño por realizar una prueba atómica soterrada, en tanto se excluye la amenaza constante a que ha estado sometida la República Popular Democrática de Corea.
En la parte sur de la Península coreana permanecen unos 29 mil militares estadounidenses que mantienen en la mirilla al vecino septentrional.
Al finalizar el conflicto armado entre las Coreas, en 1953, se firmó un armisticio de no agresión que este lunes Pyongyang invalidó ante la agresividad de la parte meridional, apoyada por la Casa Blanca.
Aquel pacto, sin embargo, no era considerado un fin de las acciones sino un cese del fuego, lo cual no se ha cumplido por Seúl, que cada año junto a su aliado estadounidense lleva a cabo maniobras militares de evidente intenciones agresivas y ofensivas.