Por Daniel Córdova Zerpa|Como le gusta al FMI (Opinión)

En una de sus recientes declaraciones a la prensa internacional, Alejandro Werner, economista mexicano jefe del Departamento para el Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional (FMI), no escatimó en halagos para referirse a las políticas implementadas por el gobierno ultra derechista del señor Mauricio Macri en Argentina.

Según el alto representante del FMI, “… el cambio de política económica (…) va a controlar los desequilibrios que tenía esa economía, (…) algo que provocará un proceso de reactivación de la inversión”. Palabras mas, palabras menos, el organismo radicado en Washington le da un tremendo espaldarazo a uno de los mandatarios regionales que, en pocos meses, figura entre los mas impopulares del subcontinente.

Y a nadie debe sorprender esto, porque esa ha sido la lógica que ha caracterizado siempre a las recetas fondomonetaristas: mientras mas dolorosas resultan para los pueblos, los tecnócratas de esa institución las consideran mas acertadas. Y esto simplemente, porque se trata de políticas destinadas a favorecer a los grandes capitales internos y externos, en detrimento de las personas y su derecho inalienable a alimentarse, educarse, curarse y recrearse.

Lo que el FMI celebra como un adecuado “cambio de política económica” ha lanzado a las fauces de la pobreza a mas de un millón de argentinos en menos un año de gestión, entre otras cosas, por una política de despidos masivos que ya sobrepasa los 155.000 trabajadores echados, pero también por un plan de ajustes en los servicios básicos de agua, luz, gas y combustible que ha elevado las facturas en un rango que va de 200% hasta 700%.

Con su proverbial descaro este desastre le parece una belleza al FMI. Siguen empeñados en reeditar el desbarajuste de la década de los años 90 y comienzos de 2000 cuando la región se hizo ingobernable gracias a las tristemente célebres políticas de shock. ¡Ojos bien abiertos para que no nos vuelvan a meter gato por liebre!

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