El Consejo de Seguridad repudió este sábado el ataque de un grupo armado islamista contra una planta de gas en In Amenas, en el sureste de Argelia, con un alto saldo de muertos y heridos.
El órgano consideró que se trata de una atroz acción terrorista y la condenó «en los términos más enérgicos», según una declaración de prensa emitida por su presidente durante el mes de enero, el embajador de Pakistán, Masood Khan.
La nota expresa las condolencias del Consejo de Seguridad a las víctimas, sus familiares y los países y gobiernos afectados por la acción lanzada el pasado miércoles con la captura de cientos de rehenes, entre ellos un buen número de extranjeros.
El texto demanda que todos los ejecutores, organizadores, fuentes financieras y promotores de la agresión rindan cuentas ante la justicia y reclama la cooperación de todos los países con las autoridades argelinas en esa materia.
Asimismo, reafirma que el terrorismo en todas sus formas y manifestaciones constituye una de las más serias amenazas a la paz y la seguridad internacionales.
«Todos los actos de esa naturaleza son injustificables, sin importar sus motivaciones ni donde, cuando ni por quien sean cometidos», precisa.
La planta de gas asaltada es operada por las empresas British Petroleum, la argelina Sontatrach y la noruega Statoil.
La acción fue reivindicada por un grupo autodenominado Firmantes de sangre, que sería una escisión de Al Qaeda.
El jefe de los atacantes, Mojtar Belmojtar, demandó el fin de la intervención militar francesa en Malí. Francia es uno de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad.