Opera bajo administración conjunta de los gobiernos estadal y municipal|Consorcio Socialista envía desde Portuguesa 60 mil toneladas mensuales al mercado cárnico nacional

A los frigoríficos del mercado venezolano llegan mensualmente desde el estado Portuguesa, región llanera del país, más de 60.000 toneladas de carne bovina, que son procesadas en el Consorcio Socialista Cárnico de Ospino, una empresa pública que presta servicio de matanza a ganaderos y mayoristas de distintas zonas del territorio nacional.

En esta planta, ubicada en el municipio Ospino, corazón de la entidad, se benefician a la semana más de 1.000 reses, cuya preservación está garantizada en tres cavas que ofrecen al productor 48 horas de enfriamiento. “La carne sale con la calidad que requiere para ser transportada a otros estados”, informó el gerente de Producción del consorcio, Dimas Ortiz.

El sistema en frío de esta empresa socialista, que opera bajo administración conjunta de los gobiernos estadal y municipal, tiene la capacidad de congelar y mantener de manera rotativa 420 animales.

“Matamos y despachamos al día siguiente, a más tardar en dos días”, indicó Ortiz, al destacar que esta estrategia permite mantener surtido tanto el mercado cárnico local como el de los estados de donde procede el ganado: Lara, Carabobo, Aragua, Barinas, Cojedes, Trujillo, Zulia e incluso Anzoátegui, en el oriente venezolano.

MATANZA EN ASCENSO

El Consorcio Socialista Cárnico de Ospino, con una plantilla de 120 trabajadores -76 en área de procesos y 44 en la administrativa- registra hoy 100% de incremento en matanza, con respecto al rendimiento operativo obtenido entre enero y junio de este año.

De beneficiar 2.000 reses al mes, el centro saltó al sacrificio promedio de 4.000 animales y a la matanza diaria de más de 220 ejemplares, lo que en palabras de su presidente, Jhonny Rivero, “marca un récord de operatividad, nos hace un consorcio líder dentro del ramo y nos vislumbra como una empresa autosustentable en crecimiento”.

El incremento sostenido en la productividad de esta planta se debe, explicó Rivero, a la potencial capacidad de su sistema de enfriamiento, “porque el frío es lo que busca el productor para garantizar la preservación y la salida óptima de la carne al frigorífico”.

Otra variable que ha sido favorable para que el consorcio opere a 100% de su capacidad es el mantenimiento preventivo que reciben de manera permanente equipos, corrales y lagunas de oxidación, lo que garantiza la optimización de procesos, la obtención de mayor rendimiento en canal y la mitigación del impacto ambiental.

“El reto ahora es diversificar la plataforma tecnológica para ampliar la capacidad”, comentó Rivero.

FIDELIDAD DEL ARRIME

En el Consorcio Socialista Cárnico de Ospino arriman ganaderos y mayoristas que se definen como fieles usuarios del servicio, dado el trato que reciben de los trabajadores y la confiabilidad del enfriamiento.

Tal es el caso de Luis Fernández, trabajador de Aguado, empresa mayorista que tiene su sede en Ospino y arrima semanalmente de 400 a 500 reses a la planta. “El trato es muy bueno, los rendimientos son los mejores y hay excelencia en frío”, argumenta.

Fernández es el encargado de llevar el ganado al consorcio para luego coordinar la distribución del producto (carne) hacia Carabobo, Lara, Aragua, Zulia, el Distrito Capital y tres mercados de Portuguesa: Guanare, Acarigua y Ospino.

Confirma que “la capacidad de las cavas es muy buena”, y es ese el mayor atractivo que ofrece la unidad socialista para “amarrar el arrime” de productores pecuarios y de empresas que compran el ganado de manera directa al productor: “Matamos aquí desde hace un buen tiempo y aquí seguimos, fieles a un consorcio que va en alza y aporta desde Portuguesa al desarrollo agroindustrial de Venezuela”.

PROCESO

El ganado que llega al Consorcio es registrado por un recepcionista, quien, tras revisar guías de movilización (documentos emitidos por el Estado para el traslado de productos alimenticios), autoriza el paso a los corrales y su posterior conducción al surtidor y después al matarife, donde se produce su sacrificio.

A la matanza le siguen varios procesos. Mediante un riel elevador, la res es izada hasta la línea de sangrado, donde le remueven cuernos y ubres.

Una vez sangrada, se transfiere al faenado, para el corte de patas y el faldeo (despojo de piel). Después viene el corte de cabeza y de pecho, la extracción de vísceras y, por último, va al doble canal, donde es lavada para pasar a la etapa de peso, clasificación y categorización del producto. Finalmente es almacenada en cava.

Fuente/AVN
Foto/Archivo