El desmontaje político de la Doctrina de Seguridad Democrática aplicada desde 1959 hasta 1998 en Venezuela termina cuando asume la Presidencia el comandante Hugo Chávez, quien inicia una nueva era de relaciones entre el Estado y la sociedad venezolana.
Queda en el pasado la aplicación sistemática de métodos represivos diseñados por el Departamento de Estado de Estados Unidos con base en la Doctrina de Seguridad Hemisférica aplicados en Venezuela y América Latina, en lo que se llamó “terrorismo de Estado” y que hoy es necesario revisar y analizar.
La comprensión de esas doctrinas, sus orígenes, las formas sinuosas, silenciosas y arteras de dominación usando la información como fuente y los recursos del Estado, especialmente la fuerza y otros instrumentos violatorios de los DDHH, permite a los pueblos entender que dichos métodos eran y aún son la materialización de procesos de colonización.
Hoy las circunstancias y los métodos son otros, pero los objetivos siguen siendo los mismos de la Guerra Fría.
Existen algunos documentos que indican la relación de Rómulo Betancourt con agentes de la CIA y del Departamento de Estado de EEUU para tratar temas relativos a la situación de Venezuela antes de 1958.
Se dice que, en diciembre de 1957, Betancourt se reúne con Serafino Romualdi, jefe de la Oficina de Relaciones Obreras para América Latina y miembro de la AFL (Federación Americana del Trabajo), funcionario de la CIA y el Coordinador de Asuntos Suramericanos del Departamento de Estado. Lo hablado en esa reunión no está documentalmente determinado para inferir que allí se planificó el Pacto de Nueva York entre Betancourt, Rafael Caldera y Jóvito Villalba y que se inició un proceso de injerencia política de EEUU en Venezuela.
Pero la práctica política posterior a la firma del Pacto de Nueva York -el de Punto Fijo y la gestión de Betancourt en el Gobierno 1959-1963 y de los sucesivos gobiernos hasta 1998- permiten entender lo que se habló ese diciembre de 1957.
El presidente Chávez, en 2004, corta esa relación que mantenía una vinculación neocolonial de EEUU con Venezuela al dejar sin efecto la formación de nuestros militares y policías con el Instituto de Cooperación para la Seguridad del Hemisferio Occidental, antigua Escuela de las Américas.
La historia le ha dado la razón al comandante Chávez y la Comisión por la Justicia y la Verdad -junto al MinCI- tienen la alta responsabilidad de difundir esos documentos.