Una hipótesis cobra forma real y tangible, el asesinato selectivo, por eso es necesario que el pueblo y sobre todo la juventud comprendan y analicen los hechos: dirigentes asesinados en extrañas circunstancias, un sin número de dirigentes campesinos y obreros líderes básicos de este proceso revolucionario han corrido igual infortunio, pero veamos el fondo.
Era 23 de abril 2014: cae asesinado el presidente de la Cámara Municipal de Caracas, Eliézer Otaiza; fueron capturados los homicidas, pertenecen al “hampa común”. Otaiza mandatario significativo y líder del PSUV.
El 30 de septiembre 2014: Es asesinado el diputado del PSUV y líder de la juventud, Robert Serra. Fue hallado muerto junto a su compañera, la investigación en proceso arrojará seguramente que fue “hampa común”.
Pero veamos otros ámbitos que merecen ser analizados a la luz de tácticas desmoralizantes detalladas en los “manuales de contrainsurgencia” emitidos por el Gobierno de Estados unidos.
Desde 2011 una seriada de crímenes contra escoltas de funcionarios o dirigentes del PSUV resulta un estadística significativa para definir bien una hipótesis que ya es una realidad y que fue emitida en 2012 por Carlos Lanz en su trabajo “EEUU como “Estado forajido” cuando indicaba que “el accionar de calle y las operaciones encubiertas realizadas por estas fuerzas (mercenarios, paramilitares, grupos armados ex-policias, (etc.) puedan crear un clima de ingobernabilidad y confrontación generalizada…”
El objetivo es desmoralizar al pueblo venezolano, no porque lo que dice Lanz o los “manuales de contrainsurgencia”.
Ayer escuche a una trabajadora de la Biblioteca Nacional analizar en su sencillo lenguaje esto: “(…) si la cosa sigue así yo no voy a votar”.
Hay que hacer conocer el fondo político de esos crímenes atroces para neutralizar sus efectos y armar al pueblo con un instrumento de lucha infalible: la conciencia para entender lo que se llama “tortura social”.
Hoy a 32 años de la Masacre de Cantaura y 50 años del asesinato de Ngu Yen Van Troi luego de que la FALN liberara al coronel Smolen (segundo comandante de la Misión gringa en Venezuela) y quienes fueron engañados por el Gobierno de Estados Unidos cuando intentaron canjearlo por la liberación del dirigente vietnamita.