La presentación gratuita está prevista para las 5:00 pm|El cuatro será el protagonista esta noche en el Centro de Acción Social por la Música

Foto/Héctor Rattia

Esta tarde, a las 5:00, en la Sala Simón Bolívar del Centro de Acción Social por la Música (CASPM), en el sector Quebrada Honda de Caracas, será el estreno mundial del Concierto para cuatro, cuerdas y percusión, compuesto por el maestro Orlando Cardozo. Este debut será interpretado por los músicos de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela, quienes acompañaran al solista Carlos Capacho, todos bajo la batuta de Raimundo Pineda.

El repertorio para esta velada incluye también la pieza Jubileo, creada para metales y percusión por el director Pineda. Asimismo, está prevista la participación del Ensamble de Percusión Venezuela y una actuación adicional de Carlos Capacho junto a su trío, integrado por Carlos “Nené” Quintero, Juan Ernesto Laya y Roberto Koch.

El programa contempla además un arreglo especial de Fuga con pajarillo, original de Aldemaro Romero y Fantasía sobre temas orientales venezolanos para orquesta de cámara, con arreglos de Andrés Eloy Rodríguez.

El recital será con entrada completamente gratuita.

CRIOLLISMO ACADÉMICO

Para Cardozo su obra, Concierto para cuatro, cuerdas y percusión, es una de las formas en las que refleja el trabajo musical al que ha dedicado toda su vida, signada por lo que el resume como un “criollismo académico”.

“Por una parte siempre he estado vinculado a la música popular, principalmente venezolana y esto, con la formación académica que uno lleva, es una combinación casi automática que se da en mi caso y en otros compositores de mi generación, que estamos combinando lo popular venezolano con lo académico”, explicó el músico en entrevista con el Correo del Orinoco.

Generalmente los creadores se refieren a sus obras son como hijos, ¿cómo describes ha esta criatura que ya va a comenzar a dar sus primeros pasos?

– Como un muchacho travieso que hay que tenerlo con la cabuya cortica, porque sino se te sale de control. Es como un carricito que se la pasa corriendo. El primer movimiento es una especie de pasaje apuradito. El segundo movimiento es muy pausado, se llama, «Cantilena». Y el tercer movimiento es un entreverado, termina con un joropo y estamos hablando de una masa orquestal completa donde el director, y todos en general, tenemos el reto de ir controlando el tiempo, la velocidad.

A parte de esa necesidad de mezclar ambos ámbitos, de lo popular y lo académico, desde el punto de vista artístico, ¿de dónde vino la inspiración para componer este concierto?

-De los ritmos venezolanos. Hay un material infinito en ritmos, melodías y armonías venezolanas que aún están por explorarse. Yo solamente he tomado unos pocos aspectos rítmicos, melódicos, musicales en general, para trabajar todo mi material. Por supuesto, que al darle un formato sinfónico uno se refiere a una forma extendida, a temas con variaciones, de formas de sonata y de ese tipo de elementos académicos. La música venezolana se da muy bien con los preceptos académicos.

Aún cuando se han hecho esfuerzos por combinar lo popular venezolano con lo académico, sin embargo son muy pocas las obras de este tipo en el que el cuatro es protagonistas ¿Cuántas hay realmente y por qué son tan pocas, dónde radica la dificultad?

– No tengo noticias de que vayan más allá de cinco obras, incluso algunas de esas poquitas, nunca se han estrenado. Una de las dificultades radica en la escritura. Los cuatristas y compositores hemos tenido que ir como inventando las formas de escribir, tomando elementos de la guitarra, grafías de la música contemporánea. Y una vez escrita la obra todavía es relativamente complicado que pueda ser montada por todos los cuatristas.

Eso de alguna manera refleja el divorcio de instrumentos como el cuatro con la música académica. Más allá de esta pieza ¿considera que esto está cambiando?

– Si, recién hace unos tres años fue que empezó la licenciatura para cuatristas. Entonces la cosa se viene atacando por varios puntos de vista y creo que va a tener un muy buen futuro. Estamos montados en el camino.

-¿Le parece que esta obra pueda convertirse en un tema emblemático del repertorio nacional?

-Esa respuesta la tienen el público y el tiempo, espero que así sea.

Adelantándonos un poco ¿cuándo se escuchará un segundo concierto para cuatro?

-Ya estoy haciendo unos bocetos del segundo concierto para cuatro, así como para otros instrumentos. También estoy trabajando en un concierto para maracas y para arpa criolla. Tengo la esperanza de que estén sonando antes de finales de este año.

UN PRIVILEGIO Y UNA GRAN RESPONSABILIDAD

Para el cuatrista Carlos Capacho, el hecho de ser el primero en interpretar ante el público el Concierto para cuatro, cuerdas y percusión, es al mismo tiempo “un orgullo y un gran reto”.

Calificó al compositor de la pieza, Orlando Cardozo, como un “gran compositor” y precisamente por esa misma condición “exige mucho también”.

El instrumentista y también director acotó que la obra a estrenar esta tarde “tiene bastante trabajo” y requiere de un “dominio integral del instrumento”. “De verdad que es una obra maravillosa, es espléndida y tenemos muchas expectativas con ella”, declaró.

Creaciones como esta, a decir de Capacho, contribuyen de manera significativa a darle al cuatro “el sitial que se merece” y considera que se avecinan muy buenos tiempos para el instrumento típico venezolano. En tal sentido, argumenta que a parte del surgimiento de grandes intérpretes, gracias iniciativas como la Siembra del Cuatro, entre otras, desde la Fundación Musical Simón Bolívar se está haciendo un gran esfuerzo por fortalecerlo desde el punto de vista académico.

Texto/Luis Jesús González Cova
Foto/Héctor Rattia