El Centro de Isótopos (CENTIS) del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente de Cuba, desarrolló un fármaco para el tratamiento de la artritis reumatoide y otras enfermedades articulares.
El Fosfato crómico de P32 es similar al norteamericano Fosfocol, al que no pueden acceder los cubanos por el bloqueo comercial y financiero que impone unilateralmente los Estados Unidos contra la isla. La versión cubana permitirá el procedimiento médico denominado radiosinoviortesis, informó Enrique García, jefe del Departamento de Medicina Nuclear del Hospital Enrique Cabrera, de La Habana.
Las personas con enfermedades crónicas articulares, como la artritis reumatoide y algunas artrosis asociadas a sinovitis, al igual que las que padecen de hemofilia, podrían evitar dolorosas operaciones con la aplicación de la moderna técnica de tratamiento. La técnica consiste en inyectar un radiofármaco en las articulaciones que presentan inflamación crónica sinovial, reportó la agencia de noticias cubana Juventud Rebelde.
Debido al bloqueo económico al que está sometido el país, es imposible importar el producto norteamericano llamado Fosfocol, que se emplea tradicionalmente en este tratamiento, por lo que actualmente estos casos son sometidos a complejas operaciones que requieren largo tiempo de recuperación y limitaciones posoperatorias, comentó el especialista.
El paciente beneficiado con esta técnica «no necesita de rehabilitación posterior a su aplicación y permite la mejoría de la movilidad de las articulaciones tratadas, logrando así la preservación de la función de estas», precisa el rotativo.
La radiosinoviortesis es aplicada principalmente en países desarrollados de Europa, Norteamérica y en Japón, mientras que en América Latina solo se utiliza en Argentina, México y Colombia.
En el Departamento de Medicina Nuclear del Hospital Enrique Cabrera, se aplica además, desde el año 2007, un tratamiento paliativo con radiofármacos a pacientes con enfermedad ósea metastásica (cáncer).
Cuba produce actualmente unos 38 medicamentos, entre los que se cuentan vacunas contra la meningitis B y C, la leptospirosis, la fiebre tifoidea y una vacuna sintética contra la haemophilus influenzae tipo B, así como medicamentos contra el cáncer de cuello de útero y pulmón.