Por Oliver Reina|En la Cumbre y «cuesta abajo» (Opinión)

Las erráticas avanzadas diplomáticas de Estados Unidos en relación a Venezuela previas a la Cumbre de las Américas han dejado claramente demarcada la fortaleza que nuestro país ha desarrollado en la región. El espaldarazo mundial con el que se ha apoyado a Venezuela, que estábamos seguros por demás de recibir por ser nuestro país un espacio de paz y solidaridad con todos los pueblos del orbe, dejó a las claras descolocado al Gobierno de Estados Unidos, en cuyos cálculos no se encontraba este espaldarazo sino más bien el que nos dieran la espalda. Triste por ellos.

La insolencia y prepotencia con la que actúa el imperialismo le hace equivocarse de nuevo y buscando remendar el capote como decimos por acá, se escuda tras un supuesto “error material”: resulta que la declaratoria de Venezuela como “amenaza inusual y extraordinaria” no era tal, sino que como los “decretos ejecutivos” están preconfigurados como “pro-forma”, ya los calificativos se encuentran preescritos.

Una de dos: o cada Decreto firmado por el presidente Barack Hussein Obama es una declaratoria de los demás como amenazas (lo que sería una fusión perversa de una Doctrina Monroe amplificada como “el mundo para los americanos”; con una Doctrina Bush reorientada hacia un “si no estás conmigo, eres una amenaza inusual y extraordinaria”); o el menosprecio hacia Venezuela y todos los pueblos que se nos han solidarizado es tan alto que están convencidos que creeremos esa mala excusa. Cosas que le suceden a quienes terminan siendo víctimas de su prepotencia.

En manos de la dirigencia política de Estados Unidos está la decisión de forjar lo que serán sus futuras relaciones con nuestros pueblos, hoy dignamente de pie: fundar lo que sería una tristemente célebre Doctrina Obama sobre la base de la injerencia y el menosprecio de los demás pueblos o dar un paso al costado para que en libertad, en democracia y en paz, cada pueblo ejerza su derecho a la autodeterminación.

Con el permiso del lector, acudiré a Carlos Gardel para que cierre conmigo esta columna con su “Cuesta Abajo”, tango que en ejercicio imaginativo puede representar el guayabo imperial en estos tiempos de frentes en alto:

“Ahora, cuesta abajo en mi rodada / las ilusiones pasadas, yo no las puedo arrancar / sueño, con el pasado que añoro / y el tiempo viejo que hoy lloro y que nunca volverá…”

Estar en la Cumbre y caer: pasa en el amor; le pasa a los tercos y necios, así sean imperios.

@oliv22

Sr. Oliver , no creo q’ tu estas creyendo lo que dijo Obama q’ el GOB. de USA ahora no puede meterse en los paises de la zona, si recientemente hablaba de torcerles el brazo a los paises q’ no hicieran lo que USA queria y mucho mas reciente nos declaro una amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad de USA y asi le hicieron a Iraq, debemos estar mosca y no confiar nunca ni creer nada lo que diga bueno el imperio de nuestro patria y de la patria grande(latinoamerica).