Por Walter Ortiz|El debate (Opinión)

Si algo ha tenido la Revolución Bolivariana, y sobre todo el liderazgo del comandante Hugo Chávez, es abrir el debate nacional en torno a temas de profundidad, no a colores políticos, puestos en cargos o simples juegos de repartición de poder, sino al desarrollo de un país, una Nación, enraizada en el pensamiento del árbol de las tres raíces: Simón Bolívar, Ezequiel Zamora y Simón Rodríguez.

Varias fueron las oportunidades en las cuales el Comandante nos hablaba de la necesidad del retorno de la política al debate nacional, a la construcción de la Patria, en el ámbito de las más amplias libertades, lo cual, de suyo, implica un alto grado de corresponsabilidad en su desarrollo, ejerciendo el protagonismo democrático que aparece plasmado en la Carta Magna.

Es por ello que, en la actual difícil circunstancia, proclamada aquel terrible 8 de diciembre por el propio comandante Chávez, es necesario que el debate nacional, interno y externo, de las fuerzas revolucionarias y de cara a la derecha y a sus jefes en Washington, de cara también a las fuerzas populares de toda una región latinoamericana que nos ve como vanguardia, debe tener tres elementos.

En primer término, el aspecto de los mecanismos a implementar para salir de la perversa lógica cultural del rentismo petrolero, de territorializar el desarrollo económico, industrial, educativo y social de nuestra Patria; estamos en momento de hacerlo para evitar caer en una profunda crisis dada la lógica que tenemos de vivir solo de la renta y no terminar de enrumbarnos hacia una sociedad productiva.

Esto, reconociendo los esfuerzos que viene haciendo el Gobierno Bolivariano, desde 1999 hasta la fecha, para buscar soluciones estructurales a problemas que no responden al discurso o la escritura sin profundidad, sino a un modelo que viene cruzando más de 100 años por estas tierras.

De igual manera, y como segundo aspecto, cómo ir en el desarrollo del plan de la patria dando mayor poder al pueblo, para lo productivo, para la liberación, para el pleno disfrute de sus derechos, siendo el sujeto fundamental de la construcción de la Venezuela y la Gran Patria Latinoamericana, es decir consolidar la democracia participativa.

Finalmente, la confrontación de ideas. ¿Cuál es el proyecto nacional que la derecha ofrece a Venezuela? ¿Qué mecanismos tiene? ¿Qué va a hacer con las misiones y programas sociales? ¿Cómo abordará lo económico?

Nosotros, autocríticos como somos, siempre hemos reconocido fallas. Pero ¿cuál es el modelo perfecto? ¿Sobre todo si procura dar poder al pueblo, denominándose además socialista?.

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