La derecha venezolana se reunió ayer para debatir propuestas de política exterior que pondrían en práctica en un hipotético escenario, en el que la Presidencia de la República ya no estaría en manos del comandante Hugo Chávez.
Hermann Escarrá, presidente de la Fundación Nacional de Estudios para el Buen Gobierno, organización que promovió la discusión, detalló que entre los acuerdos está la constitución de un tribunal de garantías democráticas, la reformulación del Ministerio del Poder Popular para las Relaciones Exteriores y el desarrollo de una política de Estado “que no esté vinculada a intereses de un partido o de una persona, como está ocurriendo en Venezuela”.
Sostuvo que “el Presidente ha sido un violador permanente de la Constitución, que contiene el diseño de la política exterior venezolana, desde el preámbulo hasta las normas sobre integración latinoamericana, tratados y relaciones internacionales, entre otros aspectos”, y repitió que “ha manejado una geopolítica vinculada” a lo que denominó el “proyecto personal de permanencia y continuidad en el poder” de Chávez.
Recalcó que la política exterior está relacionado con fronteras, petróleo y mecanismos de integración. Asimismo, consideró que debe reivindicarse el concepto de justicia social internacional.
Según Escarrá, en las relaciones con otros países, Venezuela debe enarbolar la bandera de la democracia pluralista, de la dignidad, de la soberanía, de la autodeterminación de los pueblos y “de la verdadera solidaridad con otros pueblos”.
En tal sentido, deploró el apoyo que ha brindado el Gobierno Nacional al presidente libio Muammar Gaddafi. “La política exterior debe enarbolar la doctrina democrática y los derechos humanos, y no apoyar los delitos de lesa humanidad, no la masacre a un pueblo y mucho menos exacerbar a un caudillo y autócrata que tiene cuatro décadas en el ejercicio del poder”.
En su declaración, atacó las relaciones de cooperación de Venezuela con Cuba y soltó una perla: “Ayer nos independizamos de España y ahora tenemos que dar una lucha para independizarnos de Cuba, que se ha posicionado de los elementos de identidad del venezolano y de aspectos internos de la Fuerza Armada Nacional”.
Las propuestas para el “nuevo gobierno” fueron presentadas a los partidos AD, Copei, Primero Justicia, Voluntad Popular, Piedra y Opina, así como a la Mesa de la Unidad Democrática.
CRITICAN APOYO A LIBIA
Para Diego Arria, quien fue gobernador de Caracas durante el primer mandato de Carlos Andrés Pérez, actualmente los derechos humanos en Venezuela están siendo “aplastados” por el Gobierno y reflejan una realidad “tenebrosa”.
Aseguró que durante la Cuarta República, la presencia de Venezuela en el escenario mundial representaba “una esperanza para el mundo, por estar vinculado y asociado a las mejores causas de la humanidad”.
Según Arria, la presencia de nuestro país en los foros internacionales está oscurecida “porque somos la voz de la disonancia, de la promoción del odio y la violencia. Se ha llegado al extremo desvergonzado de destacar que la espada del Libertador se dignifica en manos de un criminal y un terrorista como Gaddafi”.
Por su parte, el profesor en derecho internacional Julio César Pineda subrayó que “todo lo que ocurre en Medio Oriente tiene repercusiones en Venezuela; el presidente Chávez ayer decía que no se parecen y se parecen muchísimo. El Libro Verde de Libia en gran parte se está aplicando en Venezuela como los comités populares que estaría representado en nuestro país por el poder comunal, o la intervención de los poderes judicial y legistlativo. Pareciera que el socialismo se está dando en Venezuela, aplicando el modelo de Gaddafi, el aliado internacional más cercano a Chávez».