CAMARADA LLAMARADA
POR: CAROLINA ESCARRÁ G.
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En el discurso sobre el Estado de la Unión de Donald Trump el 30 de enero, que es una especie de Memoria y Cuenta que presenta el Presidente gringo ante el Congreso de ese país, se vio un show demagógico usando a minorías afroamericanas e historias personales en su mayoría de personas vinculadas al estamento militar, para influir en el Congreso en el impulso de sus propuestas, especialmente militares y antihumanas como la reapertura de Guantánamo, así como su proyecto de salud y su reforma migratoria que busca cerrar las fronteras, condiciona la permanencia de los dreamers a la construcción del muro y caracterizar al inmigrante como “criminal” entre otras cosas.
En el plano internacional visualizó como un logro su retirada del Tratado Trans Pacífico por no tener condiciones recíprocas, así como la renegociación del Tlcan; habló de Rusia y China como “regímenes terroristas” y pidió al Congreso que apruebe un proyecto de financiamiento militar que incluya un sistema para mejorar el arsenal nuclear que sirva para disuadir y continuar en la lucha contra el terrorismo emulando los logros contra el autodenominado ISIS y justificando la prisión de Guantánamo; además de la amenaza real que significa para él “la dictadura cruel” de Corea del Norte, aun cuando Corea del Norte y del Sur están teniendo acercamientos que van en contra de las necesidades bélicas gringas.
También habló de las maniobras y fuerzas combatientes en Afganistán; la decisión para él “soberana” y muy criticada de reconocer a Jerusalén como capital de Israel, lo que llevó a revisar el presupuesto de “asistencia internacional” que debe ir para los amigos y no los enemigos, haciendo clara alusión al recorte del fondo de ayuda a Palestina que levantó manifestaciones de unos 13.000 trabajadores de la ONU y, finalmente, dijo que “… cuando los pueblos luchan contra los dictadores no podemos quedarnos tranquilos, apoyamos al pueblo de Irán en su lucha por la democracia y le pido al Congreso medidas contra el acuerdo de Irán y que se tomen acciones contra los regímenes de Cuba y Venezuela”, claramente perfilando nuevas unilaterales y prepotentes sanciones, tema preponderante en la gira de Rex Tillerson en la región.
Mientras tanto, desde el manicomio como dice David Brooks, los republicanos aplaudían como focas, permitiendo la narrativa poco hilada del personaje que estaba enviando un mensaje segmentado a cada sector de la población y aplicando big data; el Departamento del Tesoro recién había publicado el “Informe Kremlin” con una lista de 210 personas cercanas a Vladimir Putin, que también podría ser la base para nuevas sanciones gringas por la presunta intromisión rusa en las elecciones presidenciales estadounidenses, que los rusos catalogan como intento de EEUU de influir en su elección presidencial prevista para marzo; además de una investigación sobre prácticas de comercio desleal que afectan directamente a China; en tanto que Cuba y Venezuela se preparan para mas elecciones frente a las sanciones, mas diálogo y mas democracia.