La alcaldesa de Baltimore, estado de Misuri (región centro-este de Estados Unidos); Stephanie Rawlings-Blake, anunció la destitución del comisionado policial de la ciudad, Anthony Batts.
Este hecho ocurre dos meses y medio después de la muerte del afroamericano Freddie Gray, a manos de agentes policiales, situación que generó numerosas protestas en contra del racismo policial durante abril.
Rawlings-Blake señaló que la medida fue tomada debido a que la lucha del funcionario contra los abusos policiales y el racismo de sus agentes ha sido insuficiente.
A principios de mayo la fiscal de la ciudad, Marillyn Mosby señaló que se habían presentado cargos contra seis oficiales implicados en la muerte de Gray, un anuncio inesperado que llevó los aplausos de los manifestantes que no han cesado en sus reclamos por justicia.
Según Mosby, el cuello de Gray se rompió debido a una lesión que sufrió mientras era esposado, encadenado y puesto de cabeza en un furgón policial. Al mismo tiempo, denunció que las peticiones de atención médica de Gray fueron ignoradas repetidamente.
El asesinato de Gray y otros ciudadanos afrodescendientes ha reavivado el debate sobre el racismo policial y el abuso de poder cometido por funcionarios policiales en todo el país.