El retorno del diálogo entre Palestina e Israel estuvo empañado este martes por la intransigencia de Tel Aviv, que avanza en su plan de expansión sobre territorios ocupados, esta vez aprobando la construcción de más viviendas en la zona.
Las autoridades de ambas naciones se reunieron en Jordania con bajas expectativas, debido a la postura israelí que, en 2010, llevó al fracaso las pláticas de paz.
Durante esta jornada, el titular de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmoud Abbas, advirtió que adoptará «nuevas y duras medidas» contra el Estado israelí si fracasa nuevamente el diálogo, reseñó Prensa Latina.
Abbas insistió en que Israel debe aceptar las condiciones expuestas por el gobierno palestino como única forma de avanzar en las negociaciones.
Entre las demandas se encuentran el cese de la colonización y el retorno a las fronteras anteriores a 1967, año en que Tel Aviv impulsó la anexión de gran parte de territorio palestino.
Por su parte, el jefe negociador de la ANP, Saeb Erakat, subrayó que Israel debe congelar las construcciones en Cisjordania y Jerusalén Este.
En tanto, desde el Movimiento de Resistencia Islámica Hamás, que gobierna en la Franja de Gaza, se llamó a boicotear el nuevo intento de diálogo, al sostener que se repite «una política del fracaso» y el único beneficiario es «la ocupación israelí».
A su vez, el Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) calificó la iniciativa de pláticas de «error fatal».
El nuevo intento de negociación fue auspiciado por Jordania y el Cuarteto para Medio Oriente, conformado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Unión Europea (UE), Rusia y Estados Unidos.
Desde el Cuarteto indicaron que ambas partes tienen plazo hasta el 26 de enero para presentar sus propuestas detalladas para establecer la paz.
Mientras se desarrollaba la reunión en Jordania, el ministerio israelí de Vivienda y la Administración de Tierras de Tel Aviv, anunciaron la licitación de unas 300 casas por construir en las colonias judías de Pisgat Zeev, al noroeste de Jerusalén, y Har Homá, al norte de Belén.
La expansión israelí sobre territorios palestinos fue denunciada en reiteradas ocasiones por la ONU y la UE, que reclamaron a Tel Aviv suspender las construcciones de viviendas para colonos judíos, reclamo que nunca fue cumplido.