Por Basem Tajeldine|Dignidad siria (Opinión)

La Conferencia de Ginebra 2 estuvo condenada al fracaso. Muchos hemos coincidido en que ésta será la repetición de Ginebra 1: una conferencia de sordos.

Quien espera un milagro de las hienas hambrientas presentes en esa mal llamada “rondas de negociaciones para la Siria”, podría quedar desilusionado. Estados Unidos, sus aliados y lacayos habían apostado a su fracaso.

Apenas un día antes de iniciarse la reunión en Montreux, Suiza, el 21 de enero, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, había retirado la invitación a Irán porque este país “no aceptaba los principios de normalización establecidos en el comunicado de Ginebra que pasaba por un gobierno de transición”.

Pero, ¿cuándo se dijo que ese era el propósito de la conferencia? ¿Habría aceptado participar en la conferencia el Gobierno sirio si ese era el propósito? ¿Estaba militarmente derrotado el Gobierno sirio?

Desde siempre EEUU y sus aliados han subestimado la fuerza y dignidad del Gobierno y pueblo sirio. Los terroristas vinculados a Al-Qaeda, financiados por Arabia Saudita y armados por EEUU y Europa, no han podido derrotar a las fuerzas armadas patriotas sirias para obligar la destitución de Bashar Al Assad y un gobierno de transición en Ginebra 2.

El ministro de Exteriores sirio, Walid Al Mualem, mostró la dignidad de su pueblo cuando dijo: «Les hemos desenmascarado, podemos ver lo que tratan de conseguir. Realmente quieren agravar la situación en el país, están invirtiendo sus petrodólares en mercenarios, se comportan como bárbaros (…) el verdadero dialogo será con el pueblo sirio”.