Tinta cruda, por Alfredo Carquez S.|La diplomática violencia de género del Gobierno argentino

Por su puesto que es detestable, inmoral y aberrante que un hombre le pegue a una mujer. Y aunque en estas tierras tropicales resulta algo raro (más no en algunos países nórdicos), también es censurable que una mujer ande por ahí en la vida dándole pescozones a un hombre.

Pero en la Argentina de Mauricio Macri se han botado. Eso de la diplomacia del garrote que aplicaba el presidente estadounidense Teodoro Rooselvet, el ocupante de la Casa Rosada lo ha llevado al extremo de la osadía y el irrespeto, al permitir que la policía de su país agrediera -como si se tratara de la personificación de un motín de hinchas del Boca Juniors enzarzados en cruenta lucha con los del River Plate- a una mujer pequeñita y delgada, Delcy Rodríguez, quien, nada más y nada menos, es la Canciller de la República Bolivariana de Venezuela.

Ahora bien, resulta bastante complicado decidir quién es peor persona: ¿el que ordenó que se instalara un piquete armado como para detener una protesta de víctimas del desempleo, problema que, por cierto, bastante ha aumentado desde la llegada del mandatario señalado en los Panamá Papers? ¿El policía que golpeó a nuestra representante en los asuntos internacionales? ¿O la mujer que justificó la violencia ejercida contra otra mujer, es decir, la canciller austral, Susana Malcorra?

Mala memoria sureña. Venezuela fue unos de los pocos países, que, sin pedir nada a cambio, y por instrucciones del presidente Hugo Chávez, algunos años atrás salvó a la nación austral de la bancarrota, cuando esa nación se encontraba asediada por poderosos acreedores internacionales. Y ahora resulta que no nos quieren y dejan a un lado el mandato ese que desde niños nos han enseñado: a las mujeres ni con el pétalo de una rosa.

La rueda gira. Ya veremos qué ocurre cuando cambien los vientos en el mercado petrolero y a Macri no le cuadren las cuentas…

alfredo.carquez@gmail.com
Caracas