Investigadores de la Universidad de Washington han desarrollado un tampón hecho de fibras de disolución rápida para suministrar fármacos que impiden a la ciudadanía contraer el VIH.
Las fibras de seda se disuelven a los seis minutos de tener contacto con la humedad, liberando la dosis necesaria para una máxima protección antes del contacto sexual.
«Esto puede ofrecer a las mujeres una forma potencialmente más eficaz y discreta para protegerse de la infección por VIH mediante la inserción de los materiales cargados con el fármaco en la vagina antes del sexo,» dice la bioingeniera Cameron Ball, autora principal del estudio.
¿Cuánto es suficiente?
Ahora que existe una receta para estos medicamentos locales que impiden el contagio de VIH, llamados microbicidas, la cantidad requerida de ellos ha sido un dilema, lo que crea una alta probabilidad de fugas.
«La eficacia de un fármaco local anti-VIH depende en parte de las dosis exacta y de su suministro rápido», dice Ball. «Hemos logrado una mayor carga de drogas en nuestro material de tal manera que no se tenga que insertar una gran cantidad de estas fibras para suministrar suficiente cantidad de la droga para ser útil.»
La investigación se inspiró en el estudio de la bioingeniera Kim Woodrow, en la que su equipo encontró que el paño eléctricamente hilado podía disolverse para liberar fármacos.
Los tampones se fabrican por un proceso llamado electrospinning, que es más o menos comparable al hilado en gran escala del tradicional de hilo de lana.
El proceso, según los investigadores, convierte el líquido en fibras extremadamente finas y medibles a escala mínima o incluso a nanoescala, y las moléculas grandes o complejas son adecuadas para el proceso.
Una variedad de medicamentos de prevención del VIH locales o tópicos están disponibles y los investigadores dicen que actualmente están probando la eficacia de varios
PUEDE SER USADO EN OTRAS INFECCIONES
La tecnología de la fibra tiene la capacidad de ser desarrollada en telas médicas multifuncionales que aborden retos simultáneamente relacionados con la eficacia biológica y preferencias de los usuarios.
A pesar de que se conoce actualmente como un tampón, y podría ser insertado por medio de un aplicador de cartón como con los tampones convencionales, el método no debe confundirse con la higiene menstrual, porque el material no está destinado a absorber la sangre.
Los investigadores están explorando otros métodos de medicación, como un anillo vaginal similar al dispositivo anticonceptivo, que hasta el momento no ha sido probado en seres humanos.
Los investigadores dicen que el método podría eventualmente extenderse a otros ámbitos de la salud sexual, incluso la anticoncepción. El producto aún no se vende comercialmente.