Asaltantes desconocidos dispararon este lunes contra las oficinas en esta capital del partido Nueva Democracia, del primer ministro, Antonis Samarás, sin que hasta el momento la policía haya dado información sobre los agresores.
El ataque se produjo de madrugada, cuando el edificio se encontraba completamente vacío, por lo que no hubo heridos y los daños materiales fueron mínimos, se informó oficialmente.
En las inmediaciones fueron hallados nueve casquillos procedentes de un rifle de asalto y posteriormente la policía encontró un vehículo calcinado a pocos kilómetros de distancia, con el que presumiblemente fue realizado el asalto.
Los hechos se producen tras una serie de ataques con bombas de fabricación casera contra periodistas y políticos llevados a cabo durante el fin de semana pasado, uno de los cuales fue reivindicado por un desconocido grupo denominado Minoría Militante.
Un total de 17 actos violentos fueron contabilizados contra sedes de Nueva Democracia y del PASOK, en los alrededores de Atenas, pero también se registró uno contra la oficina de la Coalición de Izquierda Radical (Syriza), principal partido opositor, en la isla de Creta.
El portavoz de gobierno, Simos Kedikoglu, exigió al resto de formaciones políticas «una clara denuncia de la violencia y las agresiones verbales», y en clara referencia a Syriza aseguró que «la diferencia entre las declaraciones encendidas y los ataques incendiarios es muy pequeña».
El gobierno considera que la coalición izquierdista no denuncia con vehemencia la creciente violencia política, e incluso que la apoya implícitamente.
Sin embargo el portavoz de Syriza, Panos Skurletis, fue claro al decir que su partido condena los recientes ataques, pero acusó a Nueva Democracia de tratar de polarizar el clima político con el fin de desviar la atención de las nuevas medidas de austeridad y el estado de la economía.