“Tenemos que hacer renacer el teatro venezolano y confiamos plenamente en que los jóvenes escriban magníficas obras y que el público vaya más a verlas”, señaló el destacado dramaturgo y director Román Chalbaud, en el acto de instalación del I Encuentro de Dramaturgos Endrama “Rodolfo Santana” que se estará celebrando hasta el sábado 10 de diciembre en las salas Juan Bautista Plaza, Enrique Planchart, Luis Barrios Cruz, Amábilis Cordero y Libros Raros y manuscritos de la Biblioteca Nacional.
El encuentro realizado en la Sala Amábilis Cordero contó con participación de más de 70 dramaturgos de todo el país, entre ellos, Román Chalbaud, Xiomara Moreno, Carlota Martínez, César Rojas y Oscar Acosta.
Alfredo Caldera, presidente de la Compañía Nacional de Teatro, destacó que entre los objetivos del evento está propiciar el encuentro entre distintas generaciones de dramaturgos; establecer diálogos sobres las cosas que les interesan, y elaborar propuestas con miras a la preparación del Congreso Nacional de Dramaturgia 2017.
“Desde el Centro Nacional de Teatro los acompañaremos como ente creador para que podamos organizar este Congreso el año que viene. Dependerá de ustedes los dramaturgos como quieren organizarse, si quieren hacer una red, una organización, o tener sus voceros. Siempre es fundamental el tema de la vocería.
Destaca que la idea es que todos los expertos orienten el impulso de la dramaturgia para que se mantenga al elevado nivel necesario. Anuncia que el sábado 10 le entregarán al Ministro del Poder Popular para la Cultura, Freddy Ñáñez, los resultados y planteamientos como conclusiones del encuentro.
El director y dramaturgo Román Chalbaud comentó que le sorprende mucho como ha retrocedido el teatro venezolano y recordó que “Tu estrenabas una obra y hablaban horrores, las críticas a favor o en contra eran gigantescas y no solo escribían los críticos de teatro, había personajes como Julio Bermúdez a quien todos odiábamos porque hablaba muy mal de todos nosotros y había otros que hablaban bien”.
En ese entonces se podían encontrar catorce críticas de una obra que se había estrenado, lo cual “era maravilloso, pues algún comentario era firmado por un Ramón Díaz Sanchez, o sea los intelectuales iban a ver las obras que uno montaba, tanto criollas como extranjeras, y en eso hemos retrocedido, porque tu vez el interés que había y la pasión, por eso siempre recuerdo al Nuevo Grupo que tuvimos por muchos años”.
PASIÓN POR EL TEATRO
Afirmó que cuando él estrenó la obra Otelo en el teatro Nacional la gente compraba las entradas y se empezaba a llenar como el cine. “Necesitamos escribir obras que tengan éxito, uno no sabe si eso va a tener éxito o no porque el público es el que hace las obras. Eso es lo maravilloso de esto, la gente lo inspira a uno a escribir las obras”. Comentó que cuando estrenó Sagrado y obsceno fue un suceso porque la obra contaba lo que estaba pasando en la calle, y los tramoyistas le decían que desde Las Damas de las Camelias no ocurría eso.
Sobre la situación actual de la dramaturgia, Chalbaud dijo lo siguiente: “la culpa es de nosotros mismos, si escribimos obras que tengan éxito nos vamos a imponer, pero eso no lo determinamos nosotros”. Finalmente expresó que quisiera que ocurriera en el teatro lo mismo que el cine, porque en su opinión en distintos estado del país ha encontrado bastante talento en esa área, “en festivales que he presenciado en distintos estados hemos tenidos que agregar segundos lugares por la calidad de las obras cinematográficas”.
Por su parte, César Rojas destacó que “nuestra intención en este encuentro es hacernos visibles ante el público venezolano y ante nosotros mismos, conocernos, reconocernos,, hablar de nuestros temas importantes, poder reflexionar sobre las cosas que nos manejan y recordar que la importancia del dramaturgo estriba en que mientras los historiadores cuentan la historia a partir de los ganadores, nosotros la contamos a partir de los vencidos, de los que tienen un sueño y una esperanza y esas son razones por las cuales no vamos a desparecer nunca, porque el trabajo del dramaturgo tiene que ver con la historia viva del país”.
SE TRATA DE MIRARNOS
Y QUE NOS MIREN
Xiomara Moreno, considera que no cree que en la invisibilidad del dramaturgo, sino que hay que ver cómo se le llega a la gente, a través de la disponibilidad de salas y el tiempo que dura cada obra que se pone en escena. ”Hay que reforzar la crítica, en el sentido en que debe ser de valoración y no de evaluación, porque en la medida que evaluamos ponemos un nivel, en cambio valorar hace que tenga una presencia que sea reconocido y que se coloque en la historia”. En tal sentido planteó la necesidad de revisar cómo ejercer la crítica y destacó que se requiere institucionalidad.
La tendencia en Venezuela es que predominen teatros de corte comercial, expresó Carlota Martínez, “pero el teatro es muchas cosas, hay teatros como hay voces, como hay posiciones, propuestas y autores. Creo que en este momento cuando hablamos de invisibilidad que fue el tema debatido hoy, para hacernos visibles lo primero que tenemos que hacer es mirarnos nosotros y tratar de que nos miren, y la otra cosa es que hay que dar una lucha para ser visibilizados, y esa lucha tiene que ser en varios frentes porque cada quien tiene una responsabilidad en esa idea de la visibilidad de la dramaturgia, las editoriales, las salas de teatro, la formación, instituciones como la Compañía Nacional de Teatro. Este encuentro que estamos teniendo, en gran medida se debe a que hay una institución que está apoyando a la dramaturgia y que en este momento genera una plataforma para que podamos dirimir problemas que tenemos con miras al Congreso en 2017”.
Finalmente dijo que el reto es que la dramaturgia nacional y los dramaturgos venezolanos ocupen el lugar que tienen que ocupar, y que se sientan que son importantes y que tienen un papel que realizar, de cara a un tiempo histórico que es fundamental e importante, donde el venezolano tiene que mirarse.