Perfil de la revista Épale|Earle Herrera: Con o sin quiosco, regenta la veracidad

Nació en El Tigrito, estado Anzoátegui. Digamos que es un pueblo equidistante entre el Caribe y el Orinoco. Profesor, compañero y tutor de tesis al mismo tiempo; diputado, escritor, investigador, humorista, chavista. Su juventud fue “insondable”, tal como aseguró en su discurso en la entrega del Premio Nacional de Periodismo 2005, premio que ha ganado cuatro veces.

Sin orden cronológico, porque a la muerte eso no le importa, Earle ha visto sembrar a cinco de sus grandes amigos: Aníbal Nazoa, Orlando Araujo, Rodolfo Santana, Pedro Chacín y Hugo Chávez. A todos les escribió desde la cercanía de la amistad y la solidaridad, lo cual hace que sea difícil no quererlo y admirarlo aunque uno no lo conozca.

Magallanero. Eso no vale la pena comentarlo (y se puede revisar eso de admirarlo).

En mayo de 2011 Earle explicó por qué cerraba el Kiosco Veraz: “Después de más de siete años de trabajo voluntario e incomodidades gratuitas, he decidido cerrar Kiosco Veraz. Cuarenta años de ejercicio periodístico, 26 de docencia universitaria y varios libros escritos sobre comunicación social no son suficientes para que los sabios te pidan, al menos, tu opinión a la hora de cortar o interrumpir el programa que conduces”. El propio Hugo Chávez extrañó el estilo del Kiosco Veraz y Earle lo abrió otra vez. Pero en VTV todavía no han entendido que para interrumpir la veracidad de este quiosco debe tratarse de algo que valga la pena, no para informar de, según sus palabras, “la siembra de una mata de ají en un peladero, que llegó el papelón a Quinta Crespo o que hace buen sol en playa Pantaleta”.

Su amigo Roberto Malaver dice, con el mayor énfasis que le he escuchado jamás: “Sin lugar a dudas es el profesor que más ha defendido a la UCV, quien más le ha escrito y el que más ha hablado en el Aula Magna. Un tipo muy solidario. Un hermano”. Muchos de sus libros, escritos con fines investigativos, se usan con orgullo para impartir clases en las escuelas de periodismo. A propósito de la UCV, el profesor se notó apesadumbrado, y veraz, cuando escribió en 2007: “La vieja academia se quedó ensimismada, mirando hacia atrás, sobrecogida y paralizada por el temor a los cambios. Es, qué duda cabe, la institución más conservadora de la Venezuela contemporánea. El siglo XXI ya no soporta a estos viejos mastodontes que tanto hablan de democracia y tanto la niegan. El claustro como estructura, digámoslo de una buena vez, debe volar en pedazos. Sobre sus escombros ha de renacer la nueva universidad, de cara al país, consustanciada con el pueblo y sus problemas y verdaderamente democrática. Desde los directores de escuelas hasta el equipo rectoral deben ser elegidos por toda la comunidad universitaria, sin exclusión”.

Su esposa, Asalia Venegas, afirma que “es un gran padre, afectuoso con sus dos hijos varones y con una nieta espectacularmente bella que lo trae muy contento”. Otra razón de contentura para Earle será el bautizo de su más reciente libro, El disposicionero en el Kiosco Veraz.

El amor por Chávez es algo que el feliz abuelo de El Tigrito no tiene empacho en ir regando por ahí, como suelen hacer los poetas con el amor. O como suele hacer él, que ama más allá de la vida, para desmorir y amar más allá de la muerte. Salud, poeta.

Texto/Ciudad CCS (Gustavo Mérida Revista Épale)
Ilustración/Alfredo Rajoy

Otra voz firme y audaz que la silencia el fascismo rojo-rojito.