Este miércoles|Ecuador denunció desigualdad acentuada en emisión de carbono

La desigualdad acentuada en la emisión de dióxido de carbono por habitante en el planeta debiera ser parte sustantiva de los acuerdos finales de la Cumbre Río+20, estimó el economista ecuatoriano Fander Falconí.

«En un estudio conjunto con el matemático Rafael Burbano, determinamos que el 20 por ciento de las personas que más emisiones de dióxido de carbono producen es responsable del 60 por ciento del total de las emisiones planetarias», precisó Falconí.

Miembro de la delegación ecuatoriana a dicha Cumbre, el secretario de Planificación y Desarrollo (Senplades) recalcó que 20 por ciento de personas que menos dióxido de carbono emiten es responsable de menos del uno por ciento (0,7 por ciento) de las emisiones globales.

La justicia ambiental, los derechos de la naturaleza y el Buen Vivir deberían ser parte sustantiva de los acuerdos finales de Río+20, estimó en un artículo publicado en la versión digital del diario público El Telégrafo.

En otras palabras, recalcó, la posibilidad de una nueva economía que también considere el Buen Vivir como valor.

Explicó que dos temas capturan el interés de la Cumbre que se realiza estos días en Brasil: la «economía verde» y los cambios institucionales requeridos.

La buena noticia, apuntó, es que, ahora, los temas ambientales son obligatorios. La mala: que no se saldrán del manido esquema de que el omnipresente mercado y las empresas salvarán el planeta, sustrayendo así la economía del mundo natural que la hace posible.

Suprimir a la naturaleza como principal fuente de valor es juzgar al todo apenas por lo que ocurre en una de sus partes, enfatizó.

El Buen Vivir, recogido en las constituciones de Ecuador y Bolivia, envía un mensaje fuerte: no existe un desarrollo único, imperioso y posible, señaló Falconí.

Existen desarrollos alternativos que, a diferencia del modelo consumista del Norte, contemplan los derechos de la naturaleza, la economía como un todo que considera un mundo que se basa en ella como fuente de valor.

También, agregó, el desechar al mercado como medida de todas las cosas y situar como eje de referencia al ser humano y su buen vivir.

Texto/Prensa Latina